La recuperación económica se hará notar en la creación de empleo el próximo año, según la agrupación de empresas de empleo temporal, Asempleo, que espera una cifra de 450.000 nuevos empleos en 2018, 50.000 menos de los conseguidos en este año. Se mantiene la tendencia positiva también para la tasa de paro, que está prevista en un 15,3% para el año que comienza, casi un punto menos que en 2017. La moderación salarial, unida a la mejora de la productividad, ha aumentado la competitividad de la economía española. Este dato nos sirve para analizar la tendencia de las rentas salariales, pues su evolución debería estar muy ligada a la productividad en la fase de consolidación de la recuperación de empleo. El crecimiento de la actividad económica de este año se ha debido en gran medida al consumo de los hogares y a la demanda externa, por lo que las agencias de empleo esperan que la contribución al PIB se cierre en los 0,6 puntos, dos décimas más que en 2016 por el saldo positivo de la balanza comercial: 5,3% de exportaciones respecto al 3,5% de las importaciones. La demanda nacional de cara a 2018 será el principal motor de crecimiento, además de la inversión en bienes de equipo y en la construcción. No obstante, se prevé que el ritmo de crecimiento se modere hasta el 2,7% por una menor aportación del consumo de los hogares, ya que se ralentizará en 50.000 puestos el crecimiento de empleo; la escasez de reformas estructurales necesarias con motivo de la fragmentación parlamentaria y un posible incremento del precio del petróleo, como anunció Standard & Poor’s. A estos motivos se le unen la incertidumbre por el panorama post-electoral en Cataluña. El presidente de Asempleo, Andreu Cruañas, ha analizado la situación del empleo para el próximo año: «Toca cambiar los objetivos en materia de empleo y que la preocupación trascienda al mero hecho de reducir el desempleo e incluya aspectos ligados a la calidad de los puestos de trabajo, como son la revisión de los salarios, la formación que permita una mejora constante de la empleabilidad de los trabajadores –y desempleados-, o la flexiseguridad (flexibilidad en el ámbito laboral, que garantice la protección de los trabajadores y contribuya a crear un mercado más competitivo e inclusivo)». En el caso del mercado de trabajo, la tasa de paro que prevé la Comisión Europea para España es algo menos optimista: 17,4% en 2017 y 15,6% en 2018. A pesar de que seremos uno de los países que más empleo creará en el entorno europeo en 2018, nuestra tasa de paro seguirá distando considerablemente de la media europea (7,3% previsto para 2018), siendo la segunda más elevada de la UE.
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