La economía española ha conseguido sortear la desaceleración que se empieza a vislumbrar en la zona euro mostrando un crecimiento sólido que estimamos se sitúe al final del año en torno al 2.6%, ligeramente por debajo de la cifra del 3% registrada en 2017. La demanda doméstica sigue siendo el principal motor del crecimiento de la economía española compensando una cierta debilidad del sector exterior principalmente por el sector del turismo.
Para el 2019, esperamos una ralentización del crecimiento hasta el 2.3% basado en un menor consumo a medida que el ritmo de creación de empleo se desacelera y la inflación repunta por encima del 2%. En este sentido, creemos que los hogares no van a poder compensar las subidas de precios ya que la tasa de ahorro se encuentra en los niveles mínimos de la última década.
Las tensiones por el conflicto comercial entre EE. UU. y China han afectado especialmente a España que también ha sufrido una caída en sus exportaciones durante la primera mitad del 2018. Nuestra previsión, sin embargo, es que las exportaciones vuelvan a expandirse en 2019.
Asimismo, esperamos que el déficit presupuestario se contraiga de nuevo hasta alcanzar el 2.7% en 2018 y al 1.5% para el periodo 2019-2023. Así estimamos que la deuda pública española siga mejorando para situarse a niveles del 84% a final de 2023. Desde el año 2013 la balanza por cuenta corriente ha mejorado de forma sustancial y estimamos que acabe el 2018 con un superávit del 1%.
Respecto a los posibles riesgos, nos preocupa a corto plazo la incertidumbre política en Cataluña que sigue sin resolverse y que está afectando a las inversiones previstas. Por otro lado, el panorama político nacional con un gobierno en minoría y un parlamento enormemente fragmentado también genera cierta incertidumbre a corto plazo y no descartamos que haya un adelanto electoral. Respecto a la valoración de la bolsa española, creemos que al igual que ocurre con el resto de la zona euro, la valoración es atractiva por lo que no descartamos que se produzca una sólida recuperación en los próximos meses.
La subida de tipos de interés requiere adaptar la cartera
La economía mundial ya ha dejado atrás sus tasas de crecimiento más altas, mientras que la inflación previsiblemente subirá. Eso erosionará aún más el apoyo que prestan los grandes bancos centrales. Por lo tanto, los inversores tendrán que adaptar su posicionamiento y adoptar una postura más activa. El reto para los inversores en renta variable será conseguir plusvalías, mientras que los inversores en los mercados de bonos tendrán dificultades para preservar su capital. Respecto a la valoración de la bolsa española, creemos que al igual que ocurre con el resto de la zona euro, la valoración es atractiva por lo que no descartamos que se produzca una sólida recuperación en los próximos meses.
2018-12-19 09:28:06