Agosto cerró su mes con una lista del paro que ascendió en 40.428 personas de las cuáles, 3.230 eran trabajadores autónomos. Datos recogidos del SEPE y ATA que reflejan el complicado momento que vive el autónomo en España, cuya situación se equipara a la crisis económica de 2013.
Este inquietante descenso de autónomos afiliados pone en evidencia los estragos que factores como la inflación o el suministro de materias primas que, sumado a los daños colaterales que continúa arrastrando la pandemia, está poniendo en jaque a miles de negocios y trabajadores adscritos al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos.
Cataluña, Madrid, la Comunidad Valenciana y Andalucía son las Comunidades Autónomas donde se registraron un mayor aumento de autónomos en situación de desempleo. Una cifra que no se percibía en las listas del SEPE desde hacía nueve años, exceptuando el año más duro de la pandemia (el 2020) y que preocupa seriamente a las asociaciones de autónomos.
Así lo publicaba el presidente del ATA, Lorenzo Amor, en su cuenta de la red social Twitter: “Cada día del mes se perdieron 436 autónomos, 13.510 en total. Ya hay 961 autónomos menos que a principio de año”, haciendo referencia a los datos de desempleo de este agosto de 2022.
“Jubilación masiva de autónomos”
Otras asociaciones como Unión de Profesionales Trabajadores Autónomos (UPTA) tampoco han podido evitar reaccionar ante el último informe del paro. Su presidente, Eduardo Abad, declaraba así la preocupación existente con respecto a la problemática: “El 30% de los autónomos españoles tiene más de 63 años.” “Se nos viene encima una jubilación masiva de autónomos.”, eran algunas de las afirmaciones del representante de autónomos.
El comercio o la hostelería sería el claro ejemplo de estas declaraciones. Se trata de dos de los negocios más castigados por la crisis sanitaria y económica. No hay más que echar un vistazo a los pequeños negocios ‘de barrio’ y ver cómo cada vez es más complicado encontrar una pequeña tienda especializada en un producto.
Se estima que, en tres años, medio millón de trabajadores autónomos, especialmente procedentes de los sectores del comercio y la hostelería, estarán en paro o jubilados. Así lo alertó UPTA, añadiendo que más del 73% de los autónomos se dedican al gremio de los servicios, de los cuáles, el 40% al comercio y la hostelería.
La empresa familiar, una de las grandes perjudicadas
España cuenta casi en la totalidad de su tejido empresarial con negocios familiares. Según datos de la Dirección General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa (DGPYME), se calcula que, de las pymes registradas en España, el 90% son empresas de esta índole. Un porcentaje muy elevado que, a su vez, se encuentra en una situación extrema debida a los gastos a los que se enfrenta y no siempre puede asumir.
La crisis energética, las recientes huelgas de transporte, la inflación y su consecuente descenso del consumo, se están sumando a problemas cotidianos de la pequeña empresa familiar, superando límites de sus propios márgenes que ponen en peligro la continuidad de su actividad.
Ello a su vez, repercute negativamente en la creación de empleo e inversiones a nivel regional que, en el caso de este sector de pymes y microempresas, supone una fuente de ingresos muy importante a nivel nacional. De continuar esta tónica, la actividad económica española se estaría enfrentando a un delicado momento tal y como añadió Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, en su última intervención: “Vienen curvas.”
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