Las debilidades estructurales de Europa se encuentran a prueba

La certidumbre no es algo que esté acompañando últimamente a los mercados europeos. Los estigmas de la ralentización económica son ya claramente visibles en el Viejo Continente. Observamos una inversión de la tendencia en la mayoría de los indicadores económicos adelantados, y lo mismo sucede con la confianza de los consumidores y los indicadores de actividad manufacturera.

Tal y como explica Didier Saint-Georges Miembro del comité de inversiones Managing director, en el pasado destacaban los problemas que «esta inflexión no tardaría en plantear al Banco Central Europeo, en el marco de su intención de finalizar su programa de compra de activos a finales de año».

Sin embargo, parece que se ha tomado conciencia de este obstáculo y, según indica, «puede que pronto sea el turno de EE. UU. para empezar a arrojar resultados decepcionantes». En cambio, la coyuntura política en Italia plantea la posibilidad de que la Unión Europea se vea ante un «nuevo dilema existencial».

El proyecto presupuestario de la coalición gubernamental entre el Movimiento 5 Estrellas y La Liga, que se presentará el 15 de octubre en Bruselas, podría, tal y como valora, «marcar el inicio de un periodo de duras negociaciones que no estarían exentas de diferentes posturas, exageraciones y amenazas».

Saint-Georges señala que es cierto que no puede descartarse que, debido a una cruel ironía de las circunstancias, el trágico derrumbe del puente de Génova permita al país transalpino lograr la aprobación de un amplio paquete de gastos en infraestructuras que no se vería sujeto al techo de déficit del 3 %.

No obstante, sería muy imprudente dar por sentado que ese supuesto «se materializará». La introducción de una renta universal, en concomitancia con la importante rebaja del tipo impositivo y el desmantelamiento de la reforma de las pensiones constituyen los ingredientes ideales para que el déficit presupuestario italiano «protagonice un descarrilamiento estructural», alerta el experto.

Esta perspectiva no deja indiferente a la Comisión Europea, al Banco Central Europeo y a las agencias de calificación y, por añadidura, repercute en el valor de la deuda pública italiana y en el del sector bancario. Por tanto, la prudencia en el segmento de los activos europeos sigue estando a la orden del día, concreta el analista de Carmignac.

2018-09-20 14:44:37

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