Del ostracismo a la esperanza. Los mercados se han movido entre lo peor y lo mejor en tan solo dos meses. Un entorno que ha dejado absolutamente perplejos a los inversores. ¿Es momento de estar dentro de las bolsas con este entorno? ¿Hay que invertir o es mejor permanecer al margen por un tiempo?
Si bien el reciente repunte en los mercados financieros ha brindado oportunidades, los riesgos continúan, como así considera el consenso de mercado. Después de un final problemático en 2018, los activos de riesgo tuvieron un comienzo sólido en el año. Las altas rentabilidades globales fueron particularmente positivas, produciendo el segundo comportamiento más sólido en siete años. Eliminando las pérdidas acumuladas del cuarto trimestre, eso sí.
La imagen de enero contrastó marcadamente con la de diciembre, donde el entorno técnico borró su correlación por completo de los fundamentales corporativos. Los emisores volvieron al mercado en enero, aunque a niveles más ligeros, destacando que las compañías no tenían prisa por refinanciar deuda.
El cambio de política monetaria de la Reserva Federal también calmó a los inversores cautelosos, con una retórica más moderada que indicaba una pausa en su ciclo actual.
Estos catalizadores positivos dieron lugar a un cambio en la mentalidad, como se refleja en el aumento de las entradas de ingresos fijos. Sin embargo, mirando hacia el futuro, Mike McEachern, gestor de carteras de Muzinich, piensa que el entorno macroeconómico sigue en duda. Mientras que los PMIs más reciente de los Estados Unidos se recuperaron en enero, el sector de servicios cayó.
Los PMI a nivel mundial están en una trayectoria descendente, especialmente en China y la Unión Europea. Mientras tanto, Europa se enfrenta a un número creciente de desafíos idiosincrásicos, como en Alemania, mientras que la economía italiana entró recientemente en una recesión técnica.
En este momento, quizás la pregunta clave sea si esta desaceleración terminará durante el primer trimestre o si continuará la debilidad y, en caso afirmativo, dónde. Así las cosas, pese a que es difícil predecir el futuro, desde la gestora monitorean de cerca las discusiones en curso sobre la guerra comercial entre Estados Unidos y China, así como la confianza del consumidor en Europa, lo que «debería brindar una idea de la dirección potencial de la macroeconomía global».
Nuestra evaluación es que, si bien existen preocupaciones válidas sobre la desaceleración del crecimiento económico, la ampliación del margen de crédito ha sido más que suficiente para compensar a los inversionistas y atraerlos hacia un posicionamiento crediticio más plenamente invertido.
Sin embargo, nos encontramos en un entorno incierto que requiere un delicado equilibrio para sopesar los riesgos y las oportunidades.
2019-02-25 09:29:33