Rocío Iceta Barberá, Business Development Manager en M&G Investments, nos habla de las ventajas que ofrece la inversión en infraestructuras, un sector que, además, se beneficia con la subida de la inflación, una de las principales preocupaciones de los inversores en la actualidad. ¿Qué es una infraestructura cotizada? Una infraestructura cotizada consiste en la inversión […]
InfraestructurasDirigentes Digital
| 30 nov 2023
Rocío Iceta Barberá, Business Development Manager en M&G Investments, nos habla de las ventajas que ofrece la inversión en infraestructuras, un sector que, además, se beneficia con la subida de la inflación, una de las principales preocupaciones de los inversores en la actualidad.
Una infraestructura cotizada consiste en la inversión en una compañía que cotiza en un mercado bursátil relacionada con un conjunto de servicios, medios e instalaciones que permiten el desarrollo de una actividad. Las infraestructuras están conformadas por activos físicos, críticos, tangibles y que utilizamos en el día a día.
Desde nuestro punto de vista, podríamos ganar exposición a estas compañías cotizadas a través de nuestro fondo M&G (Lux) Global Listed Infrastructure que invierte en los cimientos de una sociedad moderna, desde los activos físicos que satisfacen nuestras necesidades de agua, electricidad y transporte hasta las instalaciones educativas y sanitarias que apuntalan a nuestra sociedad, pasando por las telecomunicaciones que nos conectan en un mundo cada vez más digital.
A través de la inversión en infraestructuras cotizadas, los inversores accederán a una inversión que presenta: flujos de caja potencialmente crecientes y fiables generados por la infraestructura física crítica, activos a largo plazo que son esenciales para el funcionamiento de la sociedad global así como diversificación en sus carteras mediante la exposición a las tendencias de crecimiento estructural a largo plazo, incluidas las energías renovables, el transporte limpio y la conectividad digital.
Como clase de activo, está altamente descorrelacionado con las clases de activos tradicionales y por tanto puede aportar una línea de consistencia muy interesante a la cartera. Como temática, creemos que es atemporal y muy resiliente a los diferentes ciclos de mercado además de ser una protección natural contra la inflación.
Como ventajas principales: diversificación frente a otras clases de activos, previsión de los flujos de caja de las compañías en las que invierten, menor volatilidad que la de la renta variable global y equivalencia en capacidad de generar buenas rentabilidades a largo plazo, exposición a diferentes subtemáticas derivadas de la inversión en infraestructuras, temáticas de carácter secular y con visión a largo plazo comparado con los fondos no cotizados, posibilidad de ampliar el universo de inversión y acceder a una cartera más globalizada y con mejores valoraciones.
Principalmente nos estamos centrando en compañías que favorezcan la transición energética y la lucha contra el cambio climático, como pueden ser las compañías de utilities que desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de las energías renovables, la reconfiguración de las redes para acoger nuevas fuentes de energía y el desarrollo de redes de baja tensión adecuadas para la era moderna.
Por otro lado, ponemos también el foco en Inteligencia Artificial mediante la inversión en centros de datos, fundamentales para el éxito de la IA, dada la continua demanda de recursos informáticos.
También tiene el potencial de revolucionar la clase de activos de otras maneras: facilita el desarrollo de redes inteligentes, que sirven de ayuda para optimizar la distribución y el consumo de electricidad. La IA puede analizar grandes cantidades de datos, incluidos los del clima, los patrones de consumo y el estado de la red, para ayudar a las compañías de utilities a predecir la demanda de energía y gestionar los recursos energéticos de forma eficiente.
Lo que vemos no es más que la punta del iceberg. Al incorporar la IA, las infraestructuras podrían estar inaugurando una nueva era en la que las cualidades de sus activos críticos se vuelven aún más atractivas.
El sector de infraestructuras ofrece muy buenas oportunidades a nivel global y como no podía ser menos, en España también. Vemos una clara divergencia entre el ritmo al que crece la inversión en estas compañías dependiendo de la geografía, diferencias en mercados desarrollados- con mayores facilidades y presupuestos públicos vs. mercados subdesarrollados – que cuentan con menos recursos destinados a esta partida en sus presupuestos.
La realidad es que las oportunidades que ofrece esta temática son muy amplias y en España también vemos oportunidades como puede ser la inversión en compañías conocidas por todos como Ferrovial, basada en concesiones, una de las patas que cubrimos dentro de nuestra cartera y que está muy ligada con la previsión de la generación de flujos de cajas, contratos a largo plazo y que representa un motor de la sociedad.
En un entorno de inflación elevada, tendemos a buscar activos que sean capaces de batir la inflación e históricamente el activo que lo consigue es la renta variable. En este sentido, hay ciertos sectores o temáticas que suelen comportarse mejor en este tipo de escenarios y que, incluso, pueden verse beneficiados, como son las infraestructuras: autopistas, tratamiento de aguas, residuos, energía, centros educativos y sanitarios o infraestructuras relacionadas con la conectividad.
Además, el dividendo de la cartera está creciendo por encima de la inflación de los países del G7, objetivo que busca el fondo en su proceso de inversión y así lo ha conseguido desde el lanzamiento.