Los apartamentos con servicios compartidos están consiguiendo cumplir todas las expectativas para un importante número de residentes urbanos, pero también, están seduciendo a inversores como un activo alternativo.
Compartir experiencias al mismo tiempo que mantienes tu espacio personal. Disfrutar de la comunidad desde la comodidad de tu propio hogar. Estas aspiraciones ganan terreno entre los habitantes de las ciudades jóvenes y no tan jóvenes, que buscan combinar la privacidad y disfrutar de los beneficios de vivir en comunidad. Al igual que los profesionales de los espacios de co-working, los residentes de espacios de co-living viven separados, pero valoran estar en el centro de la ciudad, tener fácil acceso al transporte público, poder usar los bienes sin necesidad de poseerlas y estar con la gente desde el momento en que ponen el pie en la puerta. La contrapartida, son apartamentos más pequeños, aunque perfectamente equipados, con una gestión inteligente del espacio y un coste global definido (alquiler, acceso a Internet, electricidad, agua, gimnasio, servicios adicionales, etc.).
Una forma de ser diferente
Salas de espera, rincones de lectura, salas de estar, laboratorios de trabajo, salas de juegos, gimnasios, cocinas comunitarias, lavanderías y espacios verdes, todo ello diseñado siguiendo un modelo de última generación que favorece la interacción y fomenta el sentido de comunidad. La edad media de los residentes, deja de ser un factor de división en este tipo de convivencia intergeneracional. Un joven de 25 años, desarrollador de aplicaciones puede tener más en común con un directivo de Google de 50 años, que otro joven profesional de la misma edad. El criterio clave a la hora de decidir alquilar en este tipo de vivienda es hacerlo con el deseo de compartir, intercambiar y vivir una experiencia auténtica, sea cual sea el destino o la ciudad.
Los inquilinos de este tipo de apartamentos tienen una oferta actividades diferentes para elegir: entre ellos, deportes o compartir conocimientos (clases de cocina, talleres de costura, etc.) durante el fin de semana, cenas temáticas o noches de cine… Además de los servicios de reserva online (entrega a domicilio, servicios de conserjería, transporte, etc.), cada residente puede ofrecer, organizar y compartir sus mejores recomendaciones para restaurantes, locales, conciertos, etc. Las interfaces digitales ayudan a los inquilinos a interactuar y establecer una relación emocional específica con el entorno de su comunidad para crear un verdadero sentido de integración social.
Barreras de entrada
Este tipo de modelo mixto de apartamentos con servicios está ganando terreno en áreas metropolitanas, como una mezcla entre AirBnB y un hotel. La oferta es una respuesta a los cambios sociales, demográficos y ambientales. Operadores especializados como Sharies, Bikube, The Babel Community, Quarters, Quartus, A-Stay, Cohabs, Propintra y Colonies confían en este prometedor mercado. Estas nuevas empresas cuentan con sus conocimientos tecnológicos para crear barreras de entrada y protegerse de la competencia, utilizando sistemas de reservas en línea de alto rendimiento, servicios de conserjería y aplicaciones digitales de alta calidad.
Un modelo económico rentable y de gran demanda
En un entorno de tipos de interés bajos o negativos, este sector alternativo también está despertando gran interés entre los profesionales de la inversión: inversores privados, inmobiliarios, fondos de capital riesgo y más recientemente, fondos públicos, que aprecian un modelo económico a la carta. Por lo general, los edificios están estratégicamente bien situados en el centro de las ciudades, protegiendo su valor en caso de que se produzca una caída del mercado.
Los profesionales inmobiliarios se están involucrando en esta nueva clase de activos para acceder a rendimientos superiores a los que ofrecen los edificios de apartamentos tradicionales. Algunos incluso llegan a hacerse cargo de la gestión operativa para generar mayores ingresos. Si bien es probable que los rendimientos disminuyan gradualmente a un rango de entre un 4% y un 5% (un nivel intermedio entre los alquileres de bloques de apartamentos convencionales y los hoteles) a medida que el concepto gane popularidad, los inversores pueden contar también con las plusvalías de capital de la inversión a futuro.
El activo adecuado
Lo único que falta es que el inversor identifique el activo adecuado. Debe prestarse especial atención a la clasificación de la propiedad, que variará de un país a otro, además de sus cualidades intrínsecas. En el sector residencial, el reposicionamiento como apartamentos alquilados convencionales sigue siendo una opción si el plan de negocio fracasa. En el sector comercial, es posible la reclasificación como hotel o como un tipo diferente de bloque de apartamentos gestionado (por ejemplo, para estudiantes o tercera edad). En cualquier caso, la cuestión más importante más allá de la posibilidad de redistribuir el activo, es la ubicación, que ahora se ha convertido en una preocupación estratégica más que nunca, junto con la posibilidad de conversión.
2019-12-04 13:53:54