En 1999, tras la crisis financiera asiática, el Gobierno chino creó cuatro empresas de gestión de activos (AMC, por sus siglas en inglés) de propiedad nacional: China Huarong AMC, China Cinda AMC, China Great Wall AMC y China Orient AMC, para centrarse en la gestión de la deuda en dificultades (distressed debt) acumulada en los bancos estatales. Estas entidades, cada una de ellas vinculada a uno de los cuatro grandes bancos chinos, recibieron inicialmente el mandato de adquirir y sanear los préstamos morosos del sistema financiero chino, dejando que sus bancos afiliados se centraran en su función principal de captación de depósitos y concesión de préstamos. Este modelo de «banco malo» se ha aplicado con éxito en todo el mundo, tanto en los países desarrollados como en los emergentes, y ha demostrado ser muy eficaz como política de gestión del riesgo económico.
China Huarong Asset Management Corporation se constituyó en noviembre de 1999 bajo la tutela del Ministerio de Finanzas. En el año 2000 comenzó a comprar préstamos morosos del Banco Industrial y Comercial de China (ICBC). En 2014, el Gobierno introdujo a inversores estratégicos como accionistas de la empresa y comenzó a cotizar en la bolsa de Hong Kong en 2015, aunque, hasta la fecha, el Ministerio de Finanzas de China ha mantenido la propiedad mayoritaria y el control político de la entidad (63% de participación).
Como resultado del auge económico tras la crisis financiera de 2008, el crecimiento de los impagos en China se mantuvo relativamente contenido, mientras que otras partes de la economía financiera nacional, como la banca en la sombra, el capital privado y los mercados de valores, han experimentado un crecimiento explosivo. Por lo tanto, las CMA de China han visto la oportunidad y, de hecho, la necesidad de diversificar su mandato más allá de la función principal de gestión de la deuda en dificultades para mantener su crecimiento. Ninguna entidad ha sido más agresiva en esta tendencia que China Huarong, que ha utilizado una financiación barata en los mercados de bonos nacionales e internacionales para hacer crecer rápidamente su balance. En 2014, justo antes de salir a bolsa, los activos totales del balance de la empresa se situaban en 600.000 millones de RMB, y a mediados de 2020 esa cifra había crecido hasta los 1,7 billones de RMB.
En su mayor parte, el mercado ha estado relativamente en calma por este crecimiento. La suposición generalizada del mercado de que una institución financiera controlada en un 60% por el Ministerio de Finanzas y con una función política central gozaría siempre del respaldo del Estado sustentó su calificación de grado de inversión. Esto le ha permitido a Huarong emitir bonos por valor de más de 14.000 millones de dólares sólo en el mercado de bonos en dólares en los últimos años. Incluso un escándalo de fraude relacionado con su presidente en 2018 apenas afectó el apetito del mercado por los bonos de la compañía. Su carácter agresivo ha hecho que la curva de Huarong sea más amplia que la de otras CMA. De hecho, se ha considerado durante mucho tiempo una forma barata de mantener exposición al riesgo cuasi-soberano de China.
Sin embargo, la opinión parece estar cambiando. En los últimos años el Gobierno ha intentado explícitamente cambiar la idea general del mercado sobre el sector de las empresas públicas nacionales. En concreto, el Gobierno quiere que los inversores entiendan que todas las entidades públicas no gozarían de un rescate con fondos públicos si tuvieran problemas financieros. Históricamente, se suponía que las entidades no estratégicas en manos de los gobiernos locales serían las únicas afectadas por la reducción del apoyo. Sin embargo, tras el sorpresivo impago de algunos emisores propiedad de la Administración central en 2020, incluidos emisores universitarios propiedad del Ministerio de Educación, el mercado empezó a darse cuenta de que la línea roja se había movido. El concepto de importancia estratégica para la economía se ha vuelto menos claro.
El 1 de abril de 2021, China Huarong sorprendió al mercado anunciando que sus resultados del año 2020 se retrasarían. Sus acciones fueron, y siguen estando, suspendidas de cotización como consecuencia de ello. La razón para el retraso es que los auditores necesitan más tiempo para evaluar una operación financiera que aún se está ultimando. Lo inusual de este retraso, sobre todo teniendo en cuenta que Huarong es una de las mayores instituciones financieras de China, ha dado lugar a una gran cantidad de rumores y especulaciones, sobre todo en torno a una posible reestructuración de la empresa. No es ningún secreto que los responsables políticos chinos quieren frenar la arriesgada expansión de Huarong y consolidar su negocio de vuelta a sus raíces de gestión de deuda en dificultades. Aparte de algunos informes anónimos de «información privilegiada», no ha habido anuncios oficiales de una reestructuración inminente, y mucho menos de la forma que adoptaría. El vacío de información ha creado, comprensiblemente, una enorme volatilidad en los bonos de Huarong, cuya curva ha caído entre 20 y 40 puntos desde principios de mes. La naturaleza de grado de inversión del emisor y la existencia de posiciones apalancadas en los valores han contribuido sin duda a esta volatilidad. Dada la amplia distribución de los bonos, esto ha tenido un impacto significativo en el sentimiento del mercado de bonos grado de inversión chinos en abril, relacionando otros nombres, como otras CMA y emisores financieros chinos, cuya cotización se vio perjudicada a lo largo del mes.
Todavía no está claro qué hay realmente detrás de la suspensión de Huarong. En nuestra opinión, no sería sorprendente que la empresa anunciara algunas reducciones importantes de activos en su balance, teniendo en cuenta la volatilidad del entorno económico. Del mismo modo, tampoco nos sorprendería que anunciara algún tipo de reestructuración empresarial para volver a centrar sus operaciones en sus puntos fuertes. ¿Implica esto que Huarong se enfrenta realmente a la perspectiva de un abandono por parte del Gobierno central y a una caída masiva de su curva de bonos en dólares? En este momento lo vemos poco probable. Por mucho que el dicho «demasiado grande para caer» en China sea menos poderoso de lo que solía ser, el Gobierno ha rescatado a instituciones financieras que son mucho menos importantes estratégicamente para la economía en los últimos años. Creemos que los pragmáticos responsables políticos de China son conscientes del daño económico y de reputación que tendría la quiebra de una entidad tan grande e importante como Huarong. No obstante, hasta que el Gobierno o la empresa no aclaren el asunto, el sector seguirá cotizando con una importante volatilidad y mantenemos un posicionamiento defensivo sobre las empresas públicas chinas a corto plazo.
2021-05-28 11:33:09