Como tantas otras cosas en la vida, invertir es una cuestión de actitud. ¿Cómo enfocar el asunto? Sí, ¿cómo exactamente?
Llevamos muchos años dando charlas, tanto a inversores profesionales como a principiantes. En muchos de esos eventos no somos los únicos ponentes, sino que suelen
impartirse varias conferencias sobre temas afines. Lo que siempre nos llama la atención, sobre todo en la reacción del público, es que el miedo vende. Las ponencias más aplaudidas son las pesimistas. Crac. Desplome. Crisis.
¡Haga esto para salvar su dinero antes de que sea demasiado tarde! Sí, ya, pero ¿qué significa demasiado tarde? Los profetas de la fatalidad nunca pasan de moda. Coleccionan una previsión catastrofista tras otra. Una actitud que, además, es muy fácil de adoptar porque, por lo general, no es necesario justificarla. Es el tipo de agorero que no se deja deslumbrar, que está por encima de cualquier duda y que habla claro.
Consigue llegar hasta el fondo del asunto donde otros solo logran arañar la superficie. Esa es la percepción del público. Su principal baza: que en algún momento se desplomará la bolsa y los precios se hundirán. El cuándo no parece importar a los oyentes, como tampoco lo que suceda entre medias.
En cambio, los espíritus optimistas lo tienen difícil. Enseguida se les considera bobos, ingenuos, almas cándidas en tiempos modernos, casi dignos de compasión. Por desgracia, eso es así. Que no se nos malinterprete: un inversor nunca debe perder de vista los riesgos; de hecho, debería incluso pensar en las distintas posibilidades, sopesar qué hacer y qué no. Hacerse las preguntas cruciales correctas, cuestionarse qué pasaría si. Todo lo demás es una imprudencia temeraria.
Podríamos llamarlo también «conciencia constructiva del riesgo». En esa expresión, el adjetivo “constructivo” tiene tanta o más importancia que la palabra riesgo que viene detrás. Y es que no es lo mismo analizar los riesgos que ser pesimista.
Esto último es destructivo, al menos si se practica de forma continua, y eso es exactamente lo que nunca debería ser una inversión: destructiva.
2022-02-11 11:26:50