La reducción de las perspectivas económicas calienta las cuentas de la Eurozona. En condiciones normales, un escenario de bajos tipos de interés como el actual, empujaría al alza la actividad económica. Una máxima de la teoría macroeconómica con una letra pequeña nada desdeñable: la excesiva toma de riesgos a la que puede conducir. “Los bajos […]
NacionalDirigentes Digital
| 20 nov 2019
La reducción de las perspectivas económicas calienta las cuentas de la Eurozona. En condiciones normales, un escenario de bajos tipos de interés como el actual, empujaría al alza la actividad económica. Una máxima de la teoría macroeconómica con una letra pequeña nada desdeñable: la excesiva toma de riesgos a la que puede conducir. “Los bajos costes de financiación parecen estar animando a las empresas con mayor riesgo a pedir más préstamos”, ha advertido el vicepresidente de este organismo, Luis de Guindos.
En su informe semestral de Estabilidad Financiera, el Banco Central Europeo (BCE) ha señalado a las instituciones financieras no bancarias y corporaciones no financieras como los principales agentes que pueden verse seducidos por estas ventajosas condiciones sin tener en cuenta su elevado grado de endeudamiento. Una situación que también salpica al mercado inmobiliario, con la posible formación de burbujas en algunos países. “Si bien el entorno de bajas tasas de interés respalda la economía en general, también observamos un aumento en la toma de riesgos”, ha subrayado De Guindos.
En línea con la postura mantenida en el congreso financiero ‘Euro Finance Week’, en el que el exministro español alertó de la escasa rentabilidad del negocio bancario, De Guindos hace un llamamiento a las autoridades para que aborden esta “acumulación de vulnerabilidades cuando sea posible”. En este sentido, el número dos del BCE les ha animado a continuar con las medidas macroprudenciales con el objetivo de abordar los riesgos asociados a la estabilidad financiera.
“Las perspectivas de rentabilidad de los bancos de la zona del euro se han deteriorado aún más, a pesar de las expectativas de un incremento modesto pero continuo en los ingresos netos por intereses, comisiones y comisiones”, ha indicado. La causa radica en un entorno económico más débil, las “persistentes ineficiencias en los costos y el exceso de capacidad” que repercuten directamente sobre el rendimiento de los fondos propios de los bancos.
Un aumento de los riesgos que no solo afecta a las entidades bancarias. También salpica a fondos de inversión, compañías de seguros y fondos de pensiones “que desempeñan un papel cada vez más importante en la financiación de la economía real”. En concreto, en el citado informe, el organismo advierte de que estas han aumentado su exposición en segmentos de riesgo de sectores empresariales y soberanos, por lo que en caso de que se produzca un ajuste repentino del precio de los activos financieros, pueden tener más riesgo de crédito y liquidez y, por tanto, generar más tensiones en el sistema financiero.