El Gobierno de Alexis Tsipras quiere que los bancos abran el martes con "normalidad", pero todos los expertos coinciden en que es algo cuanto menos complicado, sobre todo si, tal y como se espera, el Banco Central Europeo (BCE) se limita a mantener el ELA en los 89.000 millones actuales sin ampliarlo. "Imposible", en opinión […]
Dirigentes Digital
| 06 jul 2015
El Gobierno de Alexis Tsipras quiere que los bancos abran el martes con "normalidad", pero todos los expertos coinciden en que es algo cuanto menos complicado, sobre todo si, tal y como se espera, el Banco Central Europeo (BCE) se limita a mantener el ELA en los 89.000 millones actuales sin ampliarlo. "Imposible", en opinión del Departamento de Análisis de Bankinter, liderado por Ramón Forcada, saber cuándo volverá a operar la Bolsa helena, "pero seguramente permanecerá cerrada durante algún tiempo. La Zona Euro intentará aislar a Grecia hasta que decida si negocia otro acuerdo y en qué términos".
Un país puede estar en el euro "sin ninguna asistencia financiera de las instituciones. Pero, con el paso del tiempo, esto generaría cuestiones sobre la propia ventaja de mantenerse en la moneda única. Y mientras llega este momento, sin duda la cuestión clave es reforzar al resto de la Eurozona. A corto plazo el papel del BCE es fundamental. Pero, a medio plazo, debe ser una decisión política", explica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.
Opina este analista que, en principio, con el ‘no’ por delante resulta ciertamente complicado alcanzar "cualquier tipo de acuerdo. Grecia parece quedar en una situación similar al limbo sin ayuda financiera exterior y sin poder financiarse pero dentro del euro. Un euro, por otro lado, que se resiste a corregir".
Nos esperan pues reuniones y negociaciones de vértigo: conferencia del Eurogrupo, encuentro de Merkel y Hollande en París, cumbre de líderes de emergencia… La comunicación entre las partes está ahí, pero las posturas, por el momento, son demasiado distantes, las consecuencias de cualquier acuerdo demasiado relevantes para alcanzarlo a toda prisa y sin pensarlo bien, aunque el tiempo apremia en Atenas, mientras la confianza está seriamente dañada…
Para Banca March estamos ante "crisis institucional más que económica, con dos partes atrapadas en su discurso beligerante durante las negociaciones y el referéndum. Las instituciones europeas se verán obligadas a sentar un mal precedente, tanto si permiten que la crisis en Grecia vaya a mayores, como si ceden en su postura y se avienen a negociar mejores condiciones, lo que supondría un acicate a otros partidos de corte . En cualquier caso, el papel del BCE será de máxima relevancia, tanto a la hora de mantener la solvencia de la banca helena, como para estabilizar la situación si se da una reacción virulenta en los mercados acelerando sus compras de deuda (QE).
La salida del euro y el temor a los populismos
"Europa teme ante todo crear un precedente a futuro donde cualquier gobierno de cualquier país que surja de unas elecciones cuestione las decisiones anteriores, tanto nacionales como europeas", afirma Campuzano. En este sentido, Bankinter añade: "Se abrirá una negociación seguramente liderada por Francia (ha defendido desde el principio presionar menos, al contrario que Alemania) que no podrá desembocar en mejores condiciones que las ya ofrecidas porque eso alentaría los en el resto de la región.
Así, la firma considera que "podría admitirse reestructurar la deuda en una segunda fase, tras una prima de asistencia financiera provisional". Su apuesta es una "extensión de la deuda a plazos muy largos (¿100 años?), primer vencimiento dentro de mucho tiempo (¿10/20 años?) y sin intereses, pero sin quita (respondiendo de todo el nominal)… a cambio del compromiso griego de conseguir superávit primario modesto pero creciente (¿0,5% en 2016, 0,75% 2017, 1% 2018…?)".
Para estos expertos ni Grecia ni el resto de la Zona Euro quieren, ni pueden permitirse, la salida del país del euro por el coste (400.000 millones de euros es el riesgo europeo), ni por geoestrategia (Atenas no puede caer en la órbita de influencia de Rusia y en esto Estados Unidos tiene mucho que decir).
Sin embargo, cada vez son más los analistas que hablan abiertamente de un Grexit, incluso como su escenario central. "El riesgo de salida del euro se ha incrementado tras el referéndum", ha afirmado la agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s (S&P). "Sostenemos que el abandono de la unión monetaria es ahora el desenlace más probable", añade Barclays. "Acordar un programa con el Gobierno heleno será extremadamente difícil para los líderes, ante el rechazo al último ‘trato’ y también difícil de vender en ‘casa’, especialmente en Alemania y España antes de las elecciones generales".
El banco británico señala que la exposición directa de la Zona Euro y el Eurosistema supone un 3,5% del PIB de la región, mientras que la de los bancos se ha reducido a menos de una décima parte de dicho porcentaje, por lo que "las pérdidas directas deben ser manejables. El contagio sigue siendo la principal preocupación". Con todo, aún creen que se puede evitar la salida del euro si Europa y Grecia se ponen de acuerdo en un programa bajo los términos del FMI, o bien, si la economía se deteriora de tal manera que el malestar social desemboque en una crisis política y en un Gobierno más pro-trato.
También para Steen Jakobsen, economista jefe de Saxo Bank, el Grexit es ahora "el caso base. Hay un 25% de probabilidades de que Europa encuentre ‘la situación geopolítica’ demasiado importante como para extender la ayuda a Grecia a pesar de las duras palabras, pero sigue habiendo un 75% en contra". Para este analista la "tragedia griega no tiene soluciones. No hay ganadores, sólo perdedores. Europa parece inflexible y obstinado. Es evidente que financiamos a personas que entienden y están prácticamente de acuerdo con la medicina que se prescribe, pero en todo momento cualquier política debe incrustarse en la democracia y ser capaz de establecerse dentro de un plan. Europa no falló, pero jugó a la ruptura. Syriza y Grecia, sin embargo, probablemente perdieron más. La mera idea de que tendrán un nuevo acuerdo en 24 horas es pura fantasía como lo ha sido cada semana cuando el ministro de Finanzas nos prometía un plan para la siguiente semana".
Cómo invertir
En este contexto, Jakobsen apuesta por caídas del 10% durante las próximas semanas para las Bolsas, "a menos que BCE y Fed vuelvan a lanzar sus equipos de protección como hicieron en 2010-2011". Advierte que el "riesgo real se mantiene en la iliquidez del mercado. No hay que olvidar que a través de la intervención del gobierno (QE) en el mercado de bonos no existe un mercado de dos vías. No hay market makers y capital de riesgo (debido a la exigencia de capital y la regulación)".
Para el euro/dólar prevé "debilidad", aunque si Grecia "va a dejar el euro veremos después una mayor fortaleza hacia el final de la semana. Por ahora, espero otro rango del 2-5% en las primeras 24/48 horas".
Al mismo tiempo, Banca March augura un periodo de "alta volatilidad en los mercados", con las primas de riesgo de la periferia ensanchándose en los próximos días: "Probablemente el bono español a diez años se mueva en la banda del 2,5% de interés. Los bonos considerados como refugio (Alemania, Holanda, Finlandia) podrían ver reducida notablemente su rentabilidad exigida". Para el euro prevé una depreciación hacia la banda de los 1,07-1,05, "incluso más abajo si la situación no se reconduce en el corto plazo". Su recomendación, con todo, es "mantener posiciones puesto que pensamos que se alcanzará un acuerdo, quizá no inmediato, pero si antes del vencimiento del BCE".
Mientras tanto desde Bankinter no esperan "nada desastroso". Así, calculan caídas del 5% acumuladas en renta variable "y no menos de 1,05 para el euro, con las primas de riesgo italiana y española hacia 200 puntos básicos en el peor de los casos".
Reconocen, no obstante, que "el verano será muy difícil pero no merece la pena salirse del mercado (excepto vender Credit Agricole, que tiene 3.200 millones en bonos griegos vs. 3.810 millones de beneficio en 2014), salvo que las circunstancias se agraven más allá de lo que estamos estimando. Lo más probable es que se reestructure la deuda griega sin quitas, que su economía sufra enormemente, que el ciclo expansivo europeo se debilite un poco y que los mercados soporten el impacto con cierta dignidad".
Barclays, por su parte, aconseja ponerse corto en euro/dólar y euro/yen: "La elevada probabilidad de que Grecia salga de la Zona Euro es inequívocamente negativa para la divisa en el corto plazo, ya que los mercados reevaluarán la estabilidad de la unión monetaria y la perspectiva de un BCE más acomodaticio".
También creen que los diferenciales de España e Italia testarán los 200 puntos básicos, mientras que el repricing en los mercados de crédito "creará oportunidades para añadir riesgo en core cash a valoraciones más amplias". Con todo, el crédito periférico "seguirá más infraponderado de lo normal hasta que el riesgo de contagio a Italia y España se evite de forma convincente".