Sobre un trasfondo macroeconómico favorable tanto en Estados Unidos como en Europa, pues la debilidad mostrada a comienzos de año por el primero está "descontada" y se debe a razones puramente "temporales" (clima adverso, huelgas…), y la recuperación de la segunda sigue mostrando señales de mejora (la firma espera un crecimiento aproximado del 1,5% este […]
Dirigentes Digital
| 03 jun 2015
Sobre un trasfondo macroeconómico favorable tanto en Estados Unidos como en Europa, pues la debilidad mostrada a comienzos de año por el primero está "descontada" y se debe a razones puramente "temporales" (clima adverso, huelgas…), y la recuperación de la segunda sigue mostrando señales de mejora (la firma espera un crecimiento aproximado del 1,5% este año y del 2% para 2016), cuatro son lo "temas clave" para estos dos mercados identificados por estos gestores.
El primero, la energía. El efecto positivo del desplome del crudo es netamente positivo para todas las economías desarrolladas. "En Europa, todos los países, menos Noruega, se benefician de la caída de los precios del petróleo", matiza Ingram, como exportadores que son de esta materia prima y por el aumento de poder adquisitivo que supone para sus consumidores este menor costes del combustible.
Ahora bien, hay más dudas respecto al impacto en Estados Unidos, pues aunque beneficia al principal componente del PIB que es el consumo interno (supone entre 60 y 70 dólares de ahorro para estos), las empresas relacionadas con los servicios petroleros están sufriendo con esta deriva bajista. En cualquier caso, Harris explica que "la caída de los precios de la energía ha mejorado la productividad en el sector", aún así reconoce que a la hora de construir cartera hay que pensar en "compañías que a la larga se beneficien de este movimiento".
El segundo, no es otro que el efecto divisa: se dan las condiciones necesarias (compras de deuda del Banco Central Europeo y posible subida de tipos de la Reserva Federal a finales de año) para que el euro se mantenga débil y el dólar fuerte. Una caída del 10% en la moneda única supone un impacto positivo del 3,7% en las ventas de las compañías de la Zona Euro y del 2% en sus ingresos.
En cuanto a la escalada del "billete verde", Harris señala que a nadie le ha sorprendido lo que ha hecho el dólar en 2015, aunque reconoce que "el movimiento experimentado ha sido muy rápido y en poco tiempo". En su opinión, la moneda estadounidense va a mantenerse fuerte y estos ciclos suelen durar al menos un par de años, esto perjudicará algunas carteras, pues, por ejemplo, la mayor parte de las ventas del S&P 500 vienen de fuera.
"Por tanto, es necesario tener los recursos necesarios para analizarlo todo y sacar lo que no interesa del porftolio y descubrir los diamantes en bruto, por ejemplo, el sector de tecnologías de la información", destaca.
El tercer factor clave es el crecimiento de los beneficios, que, estiman, continuará tanto en Europa como en Estados Unidos. "Lo que Draghi ha hecho, quizá un poco más tarde de lo que queríamos, es arrancar el motor de la rentabilidad en Europa. El crecimiento de las ganancias corporativas en el Viejo Continente se había quedado claramente atrás respecto al otro lado del Atlántico, pero tras el plan del BCE la correlación se ha recuperado y los resultados empresariales comienzan a recuperarse siguiendo la estela alcista norteamericana", explica Jon Ingram.
Las empresas europeas, continúa, ganan más o menos lo mimos que en 2005, mientras en Estados Unidos han alcanzado récords de beneficios, así que sin duda en el Viejo Continente hay espacio para seguir creciendo. En su opinión, serán las compañías cíclicas las que mejor se comporten, pues tienen mayores previsiones de ganancias. "Tenemos que centrarnos en sectores que no dan grandes titulares, pero sí ofrecen importantes oportunidades, como el farmacéutico", declara.
Por su parte, Fiona Harris añade que su estimación pasa por una mejora de las ganancias para las corporaciones del S&P 500 del 4% este año (sin energía el repunte alcanzaría el 11%). Un porcentaje que considera es "bastante viable porque habrá más dinero en el bolsillo del consumidor, a pesar del débil comienzo de año". Para 2016, el crecimiento asciende al 11%. Sin embargo, habrá sectores que se escapen al alza, como es financiero (+17%). Una industria que "tiene mucho potencial", pues se ha reducido la incertidumbre regulatoria, sabemos cual tiene que ser la selección de valores, por ejemplo, Citi y Bank of America ya pueden repartir dividendos, los bancos han pasado los tests de estrés de la Fed… "Es un sector que ha sido castigado y ahora se ha reestructurado para tener mejores perspectivas", concluye.
Finalmente, llevamos al controvertido punto de las valoraciones. Sin duda, comparada con la renta fija, la renta variable todavía presenta una buena prima de beneficio. Especialmente la europea, pues, "desde una perspectiva amplia, las acciones todavía están baratas", afirma Harris. En cuanto a Estados Unidos, está claro que ya no se puede emplear este último adjetivo, pero Harris estima retornos aproximados del 10%. "Pero si seleccionamos valores, habrá algunos que lo hagan mejor que el mercado. Es clave añadir valor como gestor activo. Hay áreas que pueden aportar gran valor como los servicios financieros, pero no todos los casos son iguales, por ejemplo AIG y Travelers están , subraya.
Valores españoles y deuda periférica
Entre los valores europeos que llaman la atención de Ingram encontramos a IAG, clara ganadora del desplome del crudo, y también, por ejemplo, a Gamesa, pues si pensamos en la energía, las renovables le parecen un tema de inversión interesante. "A medida que salimos de la crisis, se hace cada vez más importante que haya empresas de este tipo y a sus inversores les irá bien", afirma.
También en el ámbito español, Manuel Arroyo reitera que siguen "apostando por la deuda periférica", pues los fundamentales de estos países son buenos y "vemos poco valor en los . No se atreve a dar niveles, pues es muy difícil, "sobre todo con elecciones de por medio".