León es conocida por su ambiente tanto diurno como nocturno entorno a su gastronomía, los embutidos ocupan una gran parte de su fama, pero su tapeo también, tomar el aperitivo en La Bicha y probar su tosta de morcilla o visitar Camarote Madrid para degustar su tapa de salmorejo acompañado de un buen vino de […]
Dirigentes Digital
| 12 ene 2016
León es conocida por su ambiente tanto diurno como nocturno entorno a su gastronomía, los embutidos ocupan una gran parte de su fama, pero su tapeo también, tomar el aperitivo en La Bicha y probar su tosta de morcilla o visitar Camarote Madrid para degustar su tapa de salmorejo acompañado de un buen vino de D.O. del Bierzo es sin duda un plan low cost perfecto para pasear por la ciudad.
Pero no es conveniente dejarse conquistar sólo por las tapas, León cuenta con unos restaurantes para todo tipo de comensales y momentos.
Para el que quiera disfrutar de un fin de semana en la ciudad, uno de los alojamientos más representativos, donde además se celebran múltiples eventos y es el elegido de muchos de los novios para celebrar sus convites, es el Hotel Conde Luna. Un clásico que estará reformado por completo nada más comenzar la primavera, pero sin perder su esencia.
Este cuatro estrellas representa el clasicismo de los grandes hoteles, su monumental entrada, y su gran recepción hacen que el viajero se sienta muy acogido, además sus grandes habitaciones dejan lugar a la comodidad, y muy pronto también a la modernidad.
El Hotel Conde Luna se encuentra en una situación privilegiada en pleno centro, a 10 minutos caminando de la imponente catedral de León, iniciada en el siglo XIII, es una de las grandes obras del estilo gótico, de influencia francesa, conocida sobre todo por llevar al extremo la desmaterialización del arte gótico, es decir, la reducción de los muros a su mínima expresión para ser sustituidos por vitrales coloreados, constituyendo una de las mayores colecciones de vidrieras medievales del mundo.
Justo detrás del hotel también se encuentra la casa Botines originalmente almacén comercial y residencia particular que fue construida y diseñada por el arquitecto español Antoni Gaudí, siendo esta una de sus tres obras fuera de Cataluña, junto al Palacio Episcopal de Astorga, también en León y al Capricho de Gaudí de Comillas, en Cantabria.
Ubicada junto al palacio de los Guzmanes, sede de la Diputación de León y junto a la plaza de Santo Domingo, lugar de encuentro entre el casco antiguo y el ensanche, hoy es la sede de la caja de ahorros.
Nimú Azotea
El restaurante Nimú Azotea, situado en el ático del hotel Conde Luna, ofrece una espléndida panorámica sobre el casco viejo de León. Este restaurante y bar de tapas, una sucursal del Nimú Bistró (Madrid), ofrece una auténtica cocina de mercado, con excelentes materias primas, moderna, creativa y sin abandonar algunos platos clásicos de la gastronomía nacional y leonesa.
Unos platos que se podrán compartir para que los clientes puedan probar diferentes sabores y texturas. Este restaurante ha aprovechado toda la experiencia del éxito cosechado por su hermano mayor de Madrid que se ha convertido en uno de los restaurantes de referencia en la milla de oro de la capital.
Con una decoración basada en un ambiente cálido y acogedor ha sido realizada por el diseñador Pascua Ortega y proyectada por el arquitecto Mariano Sáenz de Miera. Todo está cuidado hasta el más mínimo detalle incluyendo el servicio a cargo de la maître Celia González Nimú Azotea ofrece una carta de picoteo en la que destacan sus niguiris de huevo frito de codorniz con trufa, las tiras de pollo crujiente con salsa de mostaza y miel, el tartar de salmón o sus anchoas del cantábrico.
La carta tradicional ofrece una merluza de pintxo con pimientos del Bierzo, unos chipirones de anzuelo en su tinta con arroz,rape pixin con pimientos verdes y cebolla caramelizada, mini burgers de solomillo, o el clásico steak tartar, un plato que lleva perteneciendo a la carta de Nimú desde sus inicios.
Y entre los postres no se pierdan el brownie de la casa, muy sorprendente servido en el interior de una cáscara de hueco y con una botellita de chocolate caliente a su lado, la ‘pecera de Miguel’ es otro de los postres más sorprendentes.
Nimú Azotea dispone de una bodega con más de cincuenta referencias de los mejores vinos españoles. La imagen de marca, logos y branding han sido creados y desarrollados por María Vázquez y Oriol Rivero. Asimismo, Nimú Azotea colabora con la Fundación Raíces a través de su proyecto Cocina Conciencia que tiene como objetivo la inserción socio laboral de jóvenes en riesgo de exclusión social por la ausencia de referentes adultos o familiares a través de la gastronomía.
Casa Mando
El antiguo mesón Conde Luna (León 1964) ha reabrió sus puertas tras una profunda renovación de sus instalaciones pero manteniendo todo su equipo de cocina y sus raíces gastronómicas, ahora bajo un nuevo nombre: Casa Mando.
El nuevo restaurante se mantiene fiel a su tradicional cultura gastronómica basada en los mejores productos de la región: embutidos de León, verduras frescas de la huerta, legumbres de La Bañeza, carnes de animales criados en las montañas, lechazos de la tierra, pescados salvajes de Asturias y Galicia, y cerca de 100 referencias de vinos procedentes de 14 denominaciones de origen, entre las que destacan los caldos de Tierras de León o El Bierzo.
Casa Mando ofrece una cocina de mercado, basada en el respeto por los mejores productos de la región y un recetario tradicional que siempre ha distinguido la cocina de este emblemático local desde su inauguración hace más de cincuenta años.
Los clientes podrán saborear la clásica morcilla de León con patatas paja, la cecina de vaca, chorizo picante con queso curado, lengua curada con lascas de queso y aceite pimentón, huevos rotos con picadillo casero de matanza, manitas a la leonesa con garbanzos pico pardal de Vegas Bañezanas, medio solomillo con huevo frito de corral, cachopo "como en Asturias", solomillo asado a la pimienta en grano o chuletón del norte criado en las montañas y un excepcional cocido (solo los jueves de otoño-invierno).
En función de la temporada, los clientes dispondrán verduras y hortalizas frescas de la huerta y platos de cuchara con las excepcionales legumbres de La Bañeza así como una tradicional sopa de ajo con huevo escalfado o unos macarrones de la suegra.
Casa Mando ofrecerá tres especialidades por encargo que no deben perderse: el lechazo asado al estilo tradicional, un jarrete de ternera de Ávila con puré de patatas trufado y los pescados salvajes recién traídos de las lonjas de Asturias y Galicia.
Pero sin lugar a duda, una de las principales señas de identidad del restaurante es la calidad de sus postres en equilibrio con su cocina, entre ellos destacan las fresas gratinadas, su hojaldre de pera o sus profiteroles de chocolate, una auténtica delicia para los paladares más golosos.
El restaurante cuenta con cerca de 100 referencias de vinos de 14 diferentes denominaciones de origen, entre las que destacan las de la región: El Bierzo y Tierras de León. Casa Mando sugiere, entre otros, Don Suero, procedente de la variedad Pietro Picudo característica de la región, o un Señorío de Nava, un tempranillo de la Ribera del Duero.
El Capricho
Otro de los sitios fetiche de la provincia de León es la Bodega El Capricho, situada a un paso de La Bañeza, se encuentra Jiménez, un pueblecito alfarero de un millar de vecinos, regado por el río Jamuz, que le da su apellido.
Está flanqueado en su entrada, por un monte de encinas y en su término por una sierra de pinos. Por estos llanos han pasado Astures, Romanos, Visigodos y Mozárabes.
De estos últimos heredó el arte del barro; hasta treinta hornos se encendían algunos días, en los cien talleres abiertos en el siglo XIX. El propio Antonio Gaudí recurrió a sus Maestros alfareros para adornar el Palacio Episcopal de Astorga. Los Romanos legaron el arte del vino.
Perviven aún hoy, en la vega del río, más de trecientas "cuevas" centenarias que la gente dedica al disfrute propio. Cuevas que conservan en sus paredes la grafía del útil que abrió, a mano, laberintos en la arcilla para guardar el vino y los secretos.
En la cueva los hombres se han reunido al calor del fuego y del vino desde que soñaban bisontes en sus bóvedas de barro. El Maestro asador, José Gordón, guarda sus tesoros en una de estas cuevas.
El Capricho cuenta su historia y su paisaje en el barro, en los vinos de la tierra y en el carbón de encina que aviva el fuego y da el punto a su parrilla. La cocina del Capricho mantiene los sabores de la memoria con sencillez y tradición. Su especialización en las carnes rojas le ha convertido en un lugar de referencia para los amantes de la carne. Personas de todo el mundo acuden a esta casa en búsqueda de la mejor carne.
Del restaurante El Capricho, se dice que tiene el mejor chuletón de buey, y para adivinarlo sólo hace falta pasar por su horno donde se exponen los grandes chuletones de sus bueyes criados en libertad. Además dentro de su cocina un ‘must’ son sus callos de buey y sus mollejas, dos platos que dejarán un recuerdo gastronómico de por vida, no hay nada como la imagen del guiso en ebullición al servir el plato. José Gordón, además se asegura personalmente de que cada comensal esté a gusto con su elección.
El estilo rústico del porche invita a tomar un café caliente en su terraza cubierta con las estufas encendidas, un plan, que con el frío invernal cobra un especial atractivo.