Hoy, más que nunca, las tecnológicas nos enfrentamos a un desafío universal: la captación de talento. El sector está inmerso en una auténtica lucha, que abarca no solo España, sino también a nivel europeo y mundial, para atraer y, lo que es también muy importante, retener a profesionales, especialmente en áreas que transformarán radicalmente la manera en que operamos, como la Inteligencia Artificial, la microelectrónica, las tecnologías cuánticas y todo lo relacionado con el espacio. La aparición de estas tecnologías y la competencia por el talento, escaso en ciertos campos, ha obligado a las empresas a cambiar la forma de aproximarnos al mercado laboral.
Una de estas formas es acudir directamente a la fuente de conocimiento: las universidades. La estrecha relación del talento con la universidad es históricamente célebre porque es donde la demanda de habilidades especializadas y actualizadas es constante. Es posible conectar este talento universitario con las compañías a través de diversos mecanismos, como másteres y doctorados, que permiten al alumnado profundizar en áreas específicas y adquirir conocimientos avanzados para destacar en un mercado laboral altamente competitivo.
Además, los acuerdos entre empresas y centros universitarios son una herramienta poderosa para introducir a jóvenes talentos en el mundo empresarial mientras aún se encuentran en su fase formativa. Estos programas de subvenciones, prácticas o becas ofrecen la oportunidad de aplicar sus conocimientos teóricos en un entorno real, adquiriendo experiencia práctica y fortaleciendo sus habilidades profesionales. Al mismo tiempo, las empresas nos beneficiamos al atraer profesionales prometedores, incrementar sus conocimientos y experiencia según sus necesidades y posiblemente retenerlos como empleados valiosos a largo plazo.
La creación de campus compartidos entre empresas y centros universitarios también es una tendencia en aumento. Estos espacios físicos facilitan la colaboración directa entre estudiantes, profesorado e investigadores con profesionales de la industria. Esta sinergia puede fomentar la innovación, la transferencia de conocimiento y la identificación temprana de talentos destacados para futuras oportunidades laborales.
El conocimiento técnico, aunque imprescindible, no es suficiente
Cada vez es más común encontrarse con profesionales altamente capacitados en conocimientos tecnológicos y habilidades técnicas, pero que carecen de destrezas en el trabajo en equipo, por ejemplo.
A pesar de su experiencia técnica, se pueden encontrar con dificultades para colaborar eficazmente con otras personas en el entorno laboral. Como resultado, su capacidad para resolver problemas en conjunto, comunicarse claramente con colegas y adaptarse a dinámicas grupales puede estar comprometida.
Aunque el título universitario –con el conocimiento técnico y la experiencia en áreas específicas que incluye– continúa siendo fundamental, cada vez se valoran más otro tipo de habilidades en los perfiles laborales, como por ejemplo las soft skills que posee. Estas aptitudes se han convertido en competencias transversales imprescindibles para ser capaces de trabajar en equipo, resolver problemas con eficacia, adaptarse a los cambios con facilidad, cumplir objetivos o ser proactivos en los proyectos.
Formación para retener el talento
La importancia de la formación continua en la relación entre talento y universidad radica en que vivimos en una época de cambio constante y acelerado. Los avances tecnológicos, la globalización y las demandas del mercado laboral están transformando rápidamente las habilidades y conocimientos necesarios en casi todas las industrias. En este contexto, la formación continua se convierte en un elemento esencial para mantenerse relevante y competitivo en el mercado laboral.
Para cualquier profesional, la formación continua les permite adquirir nuevas habilidades, actualizar sus conocimientos y estar al tanto de las últimas tendencias y prácticas en su campo. Aquellos que invierten tiempo y recursos en el aprendizaje continuo demuestran una mentalidad de crecimiento y una disposición para adaptarse a los cambios. Esto convierte su candidatura mucho más atractiva para empleadores y abre oportunidades para ascensos y roles más desafiantes.
Para las empresas, la formación continua de sus profesionales es igualmente crucial. Los programas de desarrollo profesional permiten a las organizaciones mejorar la calidad y la productividad de sus equipos, alineándolos con las últimas prácticas y tecnologías de la industria. Además, la formación continua puede impulsar la motivación y el compromiso del personal, ya que perciben que la empresa invierte en su crecimiento y desarrollo profesional.
Las empresas deben diseñar programas de formación que combinen tanto la formación práctica como la teórica, proporcionando oportunidades para la aplicación directa de nuevos conocimientos en el contexto del trabajo diario. Esto no solo refuerza el aprendizaje, sino que también mejora la efectividad al poner en práctica lo que han aprendido.
Recuperar el talento perdido
Rescatar a aquellos profesionales que tras su ciclo formativo en las universidades y escuelas profesionales se han marchado para trabajar fuera del país es otra forma de captar talento, y se ha convertido en un objetivo estratégico para aprovechar el conocimiento y experiencia que han adquirido en el extranjero. Aunque es enriquecedor que estos talentos hayan buscado oportunidades laborales internacionales, representa un desafío para su país de origen perder sus valiosas contribuciones al mercado local. Para abordar esta situación, es esencial implementar medidas efectivas que fomenten el retorno y retención de este talento altamente capacitado.
En primer lugar, es fundamental crear un ambiente laboral atractivo que ofrezca oportunidades profesionales desafiantes y perspectivas de crecimiento. Las empresas deben demostrar flexibilidad y apertura para reconocer la experiencia adquirida en el extranjero y valorar la diversidad de enfoques que pueden aportar a la empresa. Ofrecer condiciones laborales competitivas y programas de desarrollo profesional personalizados son estrategias clave para atraer a todas estas personas de vuelta a casa.
Asimismo, es importante fomentar una cultura de reconocimiento y valoración hacia profesionales que deciden regresar después de trabajar en el extranjero. Reconocer sus logros y experiencias internacionales como activos valiosos para el desarrollo local puede impulsar su sentido de pertenencia y compromiso con el país de origen. Además, se deben establecer redes de apoyo y programas de mentoría que faciliten la reintegración y la adaptación a la cultura laboral local.
Por último, es esencial colaborar con instituciones académicas y gubernamentales para diseñar políticas y programas que fomenten el retorno del talento de alto valor. Establecer programas de reubicación laboral, ofrecer incentivos fiscales y crear oportunidades para que puedan aplicar sus habilidades en proyectos de desarrollo estratégicos para el país, son medidas que pueden ser altamente efectivas para atraer de vuelta el talento.
Opinión