Cuidado con la complacencia y la ‘falsa seguridad’

La mejora macro y, sobre todo, las ‘grandes esperanzas’ despertadas por las promesas del presidente Donald Trump en materia fiscal y de inversión, impulsan a Wall Street que, en palabras de los expertos, “sube como la espuma”… el problema, añaden, es la composición de esta: burbujas que, tarde o temprano, estallan. Cuidado con la complacencia, alertan.

Y es que, en lo que va de año, a los máximos históricos y las cotas nunca vistas, se suman unas cifras que, en apenas dos meses dan cierto vértigo: casi un 6% ganan Dow Jones y S&P 500, y cerca de un 9% el tecnológico Nasdaq.

Si bien, lo cierto es que los indicadores de actividad dan alas al optimismo, apuntalando las mejores perspectivas macro y micro, mientras se espera que las medidas del republicano tomen forma, pues si cumplen las expectativas los números en los que se calcula su impacto tampoco dejan a nadie indiferente.

¿ Optimismo o complacencia ?

En este sentido, Greg Meier, vicepresidente y estratega de inversión para Estados Unidos de Allianz Global Investors, matiza que “los datos ‘suaves’ basados en encuestas (que tienden a ser más puntuales) han sido mucho más fueres que los ‘duros’ que son los que impulsan la actividad económica real”. Por ejemplo, el GDPNowcast de la Reserva Federal (Fed) de Atlanta sugiere que el crecimiento se ha desacelerado hasta un 1,3% anualizado en el primer trimestre.

Por otra parte, destaca, tenemos a un 63% de alcistas en el mercado (el dato más alto registrado) y, aunque la incertidumbre tanto macro como política asciende, el VIX se encuentra un 40% por debajo de su media histórica.

Al mismo tiempo, continúa, mientras economía y mercados “siguen alimentándose de la inercia positiva y el ruido postelectoral”, entra en juego la complacencia, pues puede que “algunos de los beneficios de las rebajas de impuestos y gastos en infraestructuras no se produzcan hasta que se apruebe la legislación pertinente”. Y aquí entran en juego cuestiones que podrían retrasarlos, como su financiación, que enfrentará a unos ya de por sí beligerantes demócratas y republicanos.

Es más, no podemos olvidar que la Fed está embarcada en un ciclo alcista de tipos que fortalecerá el dólar, “haciendo que al sector exportador le ‘duela la cabeza’.

“Una falsa sensación de seguridad”

Por su parte, James Butterfill, jefe de análisis y estrategias de inversión de ETF Securities, coincide al señalar que tanto la volatilidad actual (o su ausencia concretamente) y las promesas fiscales “están creando entre los inversores una falsa sensación de seguridad”.

Apunta este experto que mientras Wall Street alcanza niveles sin precedentes, el consenso espera que las ganancias corporativas asciendan un 21% (muy por encima de la media) y el VIX cotiza “excepcionalmente bajo”, hay otros indicadores que no comparten una visión tan plácida.

Es el caso de la rentabilidad de la deuda, que sigue siendo reducida, “indicando que el apetito por el riesgo aún no se ha normalizado”. Asimismo, reitera, el optimismo se asienta principalmente sobre una reforma fiscal que “podría verse retrasada” ante las duras negociaciones a las que se enfrenta.

“Nos preguntamos si es correcto que los inversores sean tan optimistas cuando además las valoraciones son tan altas”, afirma. Sobre todo, si tenemos en cuenta que la presión salarial sobre los márgenes aumenta reduciéndolos.

Por todas estas razones creen “que los mercados de renta variable se han entregado a la complacencia (…) y son vulnerables a un sell-off ante un incremento de los tipos mayor de lo esperado y la falta de claridad de la Administración estadounidense”.

Con todo, tal y como apuntaba José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la AEB, al señalar que en el mercado muchos dicen que lo que está pasando con el oro supone “la mayor burbuja en miles de años”, debemos ser conscientes de que “las burbujas sólo se conocen cuando estallan”.