El primero en salir a la palestra, con permiso del People’s Bank of China (PBoC por sus siglas en inglés) que ha entrado en escena con una rebaja del requerimiento de reservas justo el último día de febrero, será el Banco Central Europeo (BCE) de Mario Draghi. El próximo 10 de marzo finalizará su reunión […]
Dirigentes Digital
| 01 mar 2016
El primero en salir a la palestra, con permiso del People’s Bank of China (PBoC por sus siglas en inglés) que ha entrado en escena con una rebaja del requerimiento de reservas justo el último día de febrero, será el Banco Central Europeo (BCE) de Mario Draghi. El próximo 10 de marzo finalizará su reunión de dos días y el banquero italiano deberá comparecer ante el mundo financiero con nuevos "proyectiles" para su bazuca.
Tras la decepción de diciembre, las llamadas a una ampliación de los estímulos en las diferentes comparecencias que ha hecho desde entonces, tanto el presidente como los consejeros, y ante el deterioro de las condiciones de los mercados en el último par de meses, el BCE tendrá que hacer un verdadero esfuerzo para convencer. Sobre todo, si tenemos en cuenta que la inflación de la Zona Euro ha vuelto a entrar en terreno negativo en febrero, al contraerse un -0,2%, por primera vez desde el pasado mes de septiembre. Es más, el indicador subyacente se ha situado por debajo del 1%, cediendo a mínimos de siete meses en el 0,7%.
De hecho, se espera que la autoridad monetaria rebaje sus previsiones para los precios este año desde el 1% de diciembre hasta cerca del 0,5%. Capital Economics sigue creyendo que se alcanzará la primera cifra, pues apuesta por un ligero aumento del petróleo y una depreciación mayor del euro. Pero, aún así, considera que la parte dovish del BCE contará en marzo con la munición necesaria para imponerse a los "halcones" (principalmente alemanes) y anunciar un nuevo recorte en el tipo de depósito, y un aumento del tamaño de las compras mensuales de activos (QE) hasta los 80.000 millones de euros.
Por el contrario, Barclays cree que probablemente el banco central se limite a rebajar el tipo de depósito en 10 puntos básicos y a anunciar "algunos cambios técnicos en su QE, como parte de la revisión semestral del mismo, pero no esperamos anuncios materiales (…) ningún aumento de tamaño o extensión".
En este sentido, el equipo de Global Research de Bank of America Merrill Lynch advierten que el BCE "podría desilusionar de nuevo en marzo". Consideran que esta reunión "podría ser la más difícil de los últimos años". Destacan estos expertos que, a diferencia del pasado reciente, la autoridad monetaria se enfrenta ahora a shocks globales, que son muchos más difíciles de afrontar.
"El BCE tiene que ‘pensar fuera de la caja’, pero no esperamos que lo haga. Y los mercados podrían sentirse frustrados, aunque por razones diferentes a las de diciembre", explican para señala que "el euro podría debilitarse a medida que se aproxime el encuentro, pero nosotros ‘compraremos los descensos’, pues en un mercado bajista, las fuerzas globales son catalizadores más fuertes para la moneda única".