Con el lema ‘renovarse o morir’ por bandera, las pequeñas y medianas empresas se han apoyado en este manido mantra para buscar innovaciones que les permitan sobrevivir. Ocho meses después del inicio de la crisis sanitaria y con las restricciones de la segunda ola, el tejido empresarial español es consciente de que tendrá que cambiar su modelo de negocio. La cuarta edición del informe SMB Trends Report, elaborado por la compañía de software, Salesforce, recoge que siete de cada diez pymes prevén cambiar su modelo de negocio.
En concreto, mientras que un 59% aspira a llevar a cabo ligeras modificaciones, un 11% espera que tendrá que operar con una estructura totalmente nueva. De la cantidad restante, un 18% considera que podrá seguir funcionando de manera normal, un 1% ve el cierre forzoso y un 12% todavía no tiene muy clara la evolución de su negocio.
Estos datos se extraen de una encuesta realizada a más de 2.300 dirigentes de pequeños negocios procedentes de 16 países diferentes, incluidos España, y ha sido llevada a cabo en dos tramos: marzo y agosto, para poder “analizar los efectos de la pandemia y los desafíos que plantea”.
La estructura de este tipo de negocios hace que cuenten con menos recursos ante imprevistos y, por tanto, se enfrenten a este tipo de situaciones con una cuenta de resultados mucho más debilitada. En este sentido, citan la disminución de la demanda por parte de los clientes (59%), un menor volumen de beneficios (48%) o los requisitos impuestos por las autoridades sanitarias (38%) como los principales factores que dificultarán el crecimiento pos-COVID-19.
Al margen de llevar a cabo medidas como reducciones de plantilla, opción que baraja un tercio de los entrevistados, así como pedir ayuda financiera (40%) e, incluso, cerrar la empresa durante un breve periodo de tiempo (22%), las compañías con menos de 250 empleados se han dado cuenta de que la tecnología puede convertirse en una aliada indiscutible. En este sentido, el estudio arroja que aquellas empresas con mayor inversión digital se encuentran mejor equipadas para encarar la volatilidad de los mercados. De hecho, casi la mitad de los encuestados reconoce que la digitalización ha influido en la capacidad de organización de su empresa para estar abierta y operativa.
En esta línea, convencidos de la necesidad de cambiar algunos aspectos de la dinámica habitual de la empresa, las medidas más concurridas para ello están relacionadas con la adopción de tecnologías para digitalizar las interacciones con los clientes y ofrecer servicios sin contacto (38%), la digitalización de las comunicaciones internas (35%), además de contar con herramientas para digitalizar los flujos de trabajo (34%). La idea pasa por hacer frente a las nuevas demandas y estar preparados para las crisis del futuro.
Las medidas impuestas por las autoridades sanitarias han provocado que la experiencia al cliente adquiera una gran notoriedad, conduciendo a un cambio de la interacción con los consumidores. Así, más de la mitad dice ser más cuidadoso en las comunicaciones y haber ampliado los canales de comunicación, con una mayor flexibilidad y priorizando el desarrollo de las relaciones. En este escenario, la encuesta de Salesforce pone de manifiesto que, si bien el 57% de las pymes está luchando para mantener su negocio a flote, el grueso (72%) sigue siendo optimista, aunque algo menos que en marzo, cuando alcanzaba el 80%.
“Con este estudio hemos constatado su nivel (de las pymes) de fortaleza y resiliencia y esperamos que sirva de inspiración para todo tipo de empresas a la hora de capear el temporal que atravesamos. No tengo ninguna duda de que serán capaces de afrontar el futuro con optimismo y esperanza”, ha comentado el vicepresidente regional de Salesforce Iberia, Rui Costa.
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