Más allá del contagio político por el impulso que podría recibir Podemos, tras la victoria de Syriza en Grecia, desde el punto de visto económico España se juega mucho .Tiene una exposición directa de 32.744 millones en forma de deuda griega, es el cuarto país de la Unión Europea que más ha aportado en el […]
Dirigentes Digital
| 25 ene 2015
Más allá del contagio político por el impulso que podría recibir Podemos, tras la victoria de Syriza en Grecia, desde el punto de visto económico España se juega mucho .Tiene una exposición directa de 32.744 millones en forma de deuda griega, es el cuarto país de la Unión Europea que más ha aportado en el rescate del país heleno.
De los 321.000 millones de deuda total que tiene Grecia, que supone el 176% del PIB, unos 216.000 millones son préstamos concedidos por los socios europeos y el FMI para salvar al país. La aportación de España asciende a 32.744 millones repartidos en 6.650 millones por préstamos bilaterales que del primer rescates, 18.113 millones para el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera por el segundo rescate, 5.394 millones dedicados a garantizar créditos del BCE al Banco Central de Grecia y 2.587 millones por respaldar la compra de deuda griega por parte del BCE.
Si el monto se reparte entre la población español, cada ciudadano español ha prestado a Grecia 693 euros. Por su parte, Alemania ha puesto 72.720 millones, Francia, 55.209 millones, e Italia, 48.380 millones, según datos recopilados por IESEG School of Management.
Con la victoria de Syriza, se abre un periodo de incertidumbre para el futuro del país. El partido de Tsipras ha prometido renegociar los términos de la deuda helena, que tiene un vencimiento medio de 25,2 años y un interés medio del 2,4%, según Banco Central de Grecia. Lo que parece claro que para el país será imposible a corto plazo pagar sus obligaciones sin ayuda exterior y a medio y largo plazo, tampoco podrá cumplir con sus compromisos, tal como proclama Syriza y que comparte la mayoría de expertos.
La salida abrupta de Grecia del euro o el impago total de la deuda supondría pérdidas millonarias para el resto de países de la Unión Europea, pero una quita del pasivo también significaría asumir pérdidas de parte de los préstamos. En 2012, se realizó una quita del 50% sobre el valor nominal de la deuda griega pero solo afectó a tenedores privados.