Turquía era considerada uno de los países emergentes más frágiles. Las previsiones acertaron de crecer un 4,1% en 2013 pasó a menos del 3%. Pero la caída del precio del petróleo, las importaciones de crudo supone un 6% del PIB, ha impulsado la economía turca, "el abaratamiento facilita, a un tiempo, mayor crecimiento, menor inflación […]
Dirigentes Digital
| 09 abr 2015
Turquía era considerada uno de los países emergentes más frágiles. Las previsiones acertaron de crecer un 4,1% en 2013 pasó a menos del 3%. Pero la caída del precio del petróleo, las importaciones de crudo supone un 6% del PIB, ha impulsado la economía turca, "el abaratamiento facilita, a un tiempo, mayor crecimiento, menor inflación y nuevas reducciones del déficit por cuenta corriente", indican desde el Servicio de Estudios de CaixaBank.
El desequilibrio corriente pasó del 7,9% del PIB de finales de 2013 al 5,9% en el tercer trimestre de 2014, gracias este factor. En la recuperación también ha ayudado que la evolución prevista de las finanzas públicas es notablemente favorable, en parte, gracias al aumento de los ingresos fiscales ante las privatizaciones previstas.
El Banco Central de Turquía tomó la decisión del organismo de rebajar el tipo de intervención en 250 puntos básicos, a pesar de los altos niveles de inflación que roza el 9%, frente al objetivo del 5%.
La recuperación se está afianzando y se espera que en 2016 crezca el PIB un 4,3%. Sin embargo, los expertos advierten del riesgo de un repunte del petróleo presione la inflación y el déficit corriente al alza. "Con todo, la recuperación de los principales socios comerciales, la eurozona y Rusia, debería apoyar el saldo externo turco", señalan.