Se conoce cómo la generación millennial, a los jóvenes que se hicieron adultos con el cambio de milenio, que nacieron entre los años 81 y 95. De ellos se dice que tienen muy buena formación, pero malas oportunidades laborales, por lo que, en general, les ha convertido en personas descontentas e incrédulas, e incluso para […]
Dirigentes Digital
| 02 mar 2016
Se conoce cómo la generación millennial, a los jóvenes que se hicieron adultos con el cambio de milenio, que nacieron entre los años 81 y 95. De ellos se dice que tienen muy buena formación, pero malas oportunidades laborales, por lo que, en general, les ha convertido en personas descontentas e incrédulas, e incluso para algunos en egocéntricas y malcriadas. Según un estudio de Deloitte, en 2025, el 75% de la fuerza laboral del mundo pertenecerá a esta generación.
Los principales rasgos que se dan entre los trabajadores millennials, es un gran adaptación por la tecnología (se manejan con facilidad en la abundancia de información, viven interconectados, son nativos digitales), su sentir más internacional, su preocupación por la conciliación y tiempo libre y su necesidad por realizar trabajos que les apasionen. Según explica Gonzalo Martínez de Miguel, director de INFOVA, como en todas las generaciones dentro de la generación millennial hay mejores y peores profesionales, pero si hay un rasgo criticable, que nos está llamado la atención, es la frecuente falta de madurez de alguna parte de ellos, lo que hace más compleja la labor de dirigirlos.
"Nos encontramos con más frecuencia que antes con colectivos de profesionales, en torno a los 27 años, que en ocasiones mantienen un comportamiento que cuesta entender, y que podría ser calificado como falta de respeto, de compromiso o de profesionalidad: hablan entre ellos en una reunión, mantienen los móviles abiertos, no se concentran en el debate compartido por el grupo, etc. En definitiva, tienen una forma diferente de entender la jerarquía, la contribución al equipo y su rol dentro de la empresa" añade.
Por este motivo, Gonzalo Martínez de Miguel, explica que los millennials necesitan jefes que les ayuden a madurar como personas y como profesionales, que sean firmes sin ser agresivos, que sepan establecer los acuerdos de convivencia sin darlos por sobreentendidos y luego sean capaces de exigirlos. Líderes capaces de tomar decisiones difíciles cuando algunos miembros del equipo quieren "hacer la guerra por su cuenta o darse sus propias reglas". Que sepan aprovechar la frescura y la interconexión de esta generación, al tiempo que les ayuden a entender cómo funciona la empresa para que puedan moverse en ella. Además deben entender que tienen que medirles por sus resultados y no por el número de horas que están en el puesto de trabajo.
Es importante que las empresas entiendan que Internet, las redes de comunicación social, son algo más que una herramienta. Representan una filosofía de trabajo, una manera nueva de hacer negocios, de establecer acuerdos, de proyectarse en el mercado… Los millennials van a necesitar líderes que sepan crear puentes entre el mundo más digital y la parte de la empresa que conserva modelos de organización más tradicionales.
Creo que a medida que aceleren su proceso de madurez personal y profesional, esta generación tiene condiciones para contribuir poderosamente al mundo en que vivimos, muchos tardarán en entender y aceptar las reglas del juego, algunos no tendrán ningún problema de adaptación a la empresa y ayudarán a las compañías a vivir en un mundo global, interconectado y aportarán su forma de entender las relaciones en muchos procesos de la empresa. Otros, después de un paso breve por la empresa, se harán emprendedores y crearán sus propios negocios huyendo de los jefes, las jerarquías y los protocolos.
Por último, el director de INFOVA explica que "en su faceta de líderes esperamos que realmente sean los mejores, tengan vocación de servicio, defiendan la integridad personal como un valor irrenunciable, y entiendan que dar ejemplo es la mejor forma de influir e inspirar al equipo".