El inquilino tiene derecho a que la casa sea habitable, pero cuenta también con la responsabilidad de avisar al arrendador sobre la necesidad de reparaciones, facilitando su verificación directa, en el plazo más breve posible. La comunicación entre ambas partes será clave para actuar con urgencia y evitar cualquier incidencia de mayor gravedad. En cualquier […]
Dirigentes Digital
| 26 mar 2015
El inquilino tiene derecho a que la casa sea habitable, pero cuenta también con la responsabilidad de avisar al arrendador sobre la necesidad de reparaciones, facilitando su verificación directa, en el plazo más breve posible. La comunicación entre ambas partes será clave para actuar con urgencia y evitar cualquier incidencia de mayor gravedad.
En cualquier caso, conviene analizar la causa y la importancia del desperfecto con sentido común. Si el usuario rompe algún cristal, ventana o el pomo de una puerta, deberá asumir el coste de estas pequeñas reparaciones, debidas a una actuación imprudente. ¿Y si el frigorífico es muy antiguo y falla constantemente? ¿Quién es el responsable de arreglar un grifo que gotea? ¿Cómo se ha atascado el inodoro? ¿Qué hago si el casero no responde a mis reclamaciones?
¿Quién debe hacerse cargo del pago de la factura? Conforme a lo recogido en la ley, en cada uno de los casos, Repalaria afirma que:
Grifos y cisternas que pierden agua. Es muy común que algún grifo o cisterna pierda agua. En caso de que esto ocurra, el responsable de la reparación es el arrendador, pero si la intervención se demora, se recomienda a los inquilinos que soliciten la ayuda de un profesional para solucionarlo. La factura del agua es responsabilidad del arrendatario y seguirá creciendo mientras espera una solución. Otra de las incidencias frecuentes es el atasco del inodoro, el fregadero o la bañera. Si al desatascar, el profesional detecta que se ha realizado un uso incorrecto del mismo y se han arrojado residuos inapropiados, el inquilino deberá hacerse cargo del coste que supone tanto la reparación como las consecuencias de la misma. Una filtración por un atasco puede llegar a costar 200€.
Averías en el termo. Los daños se producen por el agotamiento del ciclo de vida útil de este aparato, normalmente, a partir de los cinco años. Conviene invertir en la calidad del producto por parte del dueño de la vivienda. Lo barato sale caro. Reparar un termo eléctrico suele suponer alrededor de 70€ y si hubiese que sustituir el aparato, el coste ascendería hasta los 300€, siendo el propietario el responsable de abonar la factura. Por ello, es recomendable revisar el estado de la instalación y sus componentes una vez al año a fin de detectar a tiempo fugas o roturas.
Mal funcionamiento de electrodomésticos. Según los datos de Reparalia, el 4% de las incidencias en el hogar registradas anualmente se deben a complicaciones con este tipo de aparatos. Un correcto mantenimiento evitará futuras reparaciones en las que el arrendador podría desembolsar en torno a unos 150€. En caso de enfrentarnos a una reparación costosa, es importante decidir si merece la pena o directamente se opta por sustituir aquellos electrodomésticos antiguos por modelos más eficientes que generen menor consumo.
Arreglos de bricolaje. Hemos quitado un cuadro y se ven demasiado los orificios en la pared, la lámpara se ha descolgado… Son pequeñas tareas ocasionadas por el uso de las instalaciones y de las que debe hacerse cargo el inquilino. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones no tenemos ni el tiempo, ni las herramientas o la destreza necesarias. Para solucionarlo y evitar que el dueño del inmueble retenga parte de la fianza, es aconsejable solicitar un servicio de manitas que nos ayude a dejar la vivienda como si nadie hubiese pasado por allí.
Problemas con la instalación eléctrica. Entra dentro de las responsabilidades del dueño de la vivienda. Solucionar estos incidentes por falta de mantenimiento puede ir desde los 50€ al cambiar un enchufe a los cerca de 100€ de la sustitución de un diferencial. Reparalia aconseja que los propietarios transmitan a los inquilinos en el momento de la entrada a la vivienda una serie de consejos básicos como no sobrecargar el circuito y desconectar los dispositivos cuando no lo estén utilizando. Además, se deberá solicitar el servicio de un técnico especializado para realizar una revisión eléctrica cada cinco años o cada vez que cambien los ocupantes de la casa. Garantizará una seguridad y un ahorro de energía que compensará de inmediato.