La escasez de lluvias ocurrida en en este periodo, ha llevado a los diferentes niveles políticos a aplicar racionamientos en los municipios cercanos a la capital paulista. En Itú, una ciudad de casi 150.000 habitantes del rico estado de Sao Paulo, que en la Copa del Mundo de Brasil acoge a dos selecciones, Rusia y […]
Dirigentes Digital
| 28 jun 2014
La escasez de lluvias ocurrida en en este periodo, ha llevado a los diferentes niveles políticos a aplicar racionamientos en los municipios cercanos a la capital paulista.
En Itú, una ciudad de casi 150.000 habitantes del rico estado de Sao Paulo, que en la Copa del Mundo de Brasil acoge a dos selecciones, Rusia y Japón, lleva ya semanas sufriendo cortes de agua en varios barrios, donde los habitantes afirman que se mudarán en caso de que la situación no cambie en los próximos días.
No obstante, los cortes en algunas zonas de la ciudad no parecen ser suficientes para paliar la ausencia de litros en el manancial que abastece a Itú y a otros pueblos vecinos, ya que de acuerdo con la empresa responsable por el agua de la región, desde septiembre de 2013 "las lluvias no llegaron ni al 40% de lo previsto en la región".
La concesionaria informó también de que la situación se agravó en el presente mes de junio, cuando solo llovió el 4,5% de las previsiones, por lo que los mananciales registraron sus niveles más bajos, rozando el 5% de la capacidad.
Es por ello que la situación agravada en las últimas semanas ha derivado en la ampliación de la zona que sufrirá el racionamiento de agua, que ya ocurría en días alternados en algunos barrios, y que será extendida a toda la ciudad, quien vive estos días con la anomalía de tener a dos combinados nacionales para el torneo de fútbol que llevaban meses preparando.
La amenaza del racionamiento por la sequía, que también ha dejado fuertes consecuencias en el campo brasileño, no era nueva. Varias ONGs, así como poderes públicos venían avisando de esta grave situación que podría volverse extrema si las autoridades no tomaban una determinación.
Además, colectivos habían denunciado ya que el gobierno del estado de Sao Paulo con el conservador gobernador Geraldo Alckmin a la cabeza habían comenzado a realizar racionamiento de agua en cubierta, sin avisar a los usuarios.
Pese a que Alckmin y su gabinete negaron ya este tipo de prácticas, los habitantes de las regiones más alejadas a la capital paulista, ciudad financiera de Brasil y con mayor nivel económico, se quejaban de cortes repentinos en horas nocturnas.
La duda es si esta escasez de agua que podría empeorar drásticamente en octubre, mes de elecciones a la presidencia de la República, y para cuando el sistema Cantareira que provee directamente a la urbe de 21 millones de habitantes de Sao Paulo esté totalmente seco.
Además de lo que ya se juega Brasil en estos meses de verano, fuera lo deportivo, el agua podría ser una de las claves para la campaña electoral en Sao Paulo donde la actual mandataria, Dilma Rousseff, que acude a la reelección tiene planeado centrar su campaña.