El gobierno del primer ministro Viktor Orban, que ha sido ampliamente acusado de la adopción de políticas antidemocráticas, ha dado a conocer los planes para el nuevo impuesto. Este obliga a los proveedores de Internet a pagar un impuesto de 150 florines (50 céntimos) por gigabyte transferido, aunque también permitiría que las compañías compensan el […]
Dirigentes Digital
| 29 oct 2014
El gobierno del primer ministro Viktor Orban, que ha sido ampliamente acusado de la adopción de políticas antidemocráticas, ha dado a conocer los planes para el nuevo impuesto. Este obliga a los proveedores de Internet a pagar un impuesto de 150 florines (50 céntimos) por gigabyte transferido, aunque también permitiría que las compañías compensan el impuesto de sociedades en contra de la nueva tasa.
La primera manifestación, celebrada el domingo, fue organizada por un grupo de Facebook que tiene más de 210.000 seguidores. Los manifestantes, que algunos sitios web locales estiman que suman más de 10.000, se reunieron frente al Palacio de Hacienda.
Los organizadores de "100.000 contra el impuesto a Internet", emitieron un comunicado en el que declaraban: "La medida sigue una ola de medidas alarmantes antidemocráticas por Orban que está empujando a Hungría aún más la deriva de Europa". "La medida impediría la igualdad de acceso a Internet, la profundización de la brecha digital entre los grupos económicos más bajos de Hungría, y la limitación del acceso a Internet para las escuelas en efectivo pobres y universidades", agregaron.
Según informa Reuters, los organizadores dieron al gobierno 48 horas para retirar la legislación fiscal, pero la reforma sigue adelante.
Sin embargo, ante la tensa situación, Fidesz, ha presentado una enmienda a la legislación en el parlamento, que establecería un nivel máximo en el impuesto a pagar por los individuos. Los pagos mensuales serían de 700 florines tope, y los proveedores de Internet tendrían que hacerse cargo del impuesto.
Pero para algunos manifestantes el nuevo impuesto es solo un epítome de las políticas económicas equivocadas del gobierno.
El gobierno de Orban ha impuesto en los últimos años los impuestos especiales en los sectores de banca, venta al por menor y de la energía, así como en los proveedores de telecomunicaciones para mantener el déficit presupuestario bajo control, poniendo en peligro los beneficios en algunos sectores de la economía y los inversores internacionales inquietantes. Al mismo tiempo, ha reducido los impuestos sobre la renta personal.
El Gobierno de Orban, que tiene una mayoría de dos tercios en el Parlamento, prevé adoptar en solitario el paquete de impuestos el próximo 18 de noviembre. Para un día antes de esa votación, se prevé una nueva manifestación contra el impuesto.
Mientras, la Comisión Europea (CE) ha mostrado su apoyo a las protestas en Hungría contra los planes del Gobierno. "La comisaria europea de Agenda Digital, Neelie Kroes, cree que esa tasa es ir en la mala dirección, no solo porque afecta al acceso a los usuarios (…) sino porque Hungría está por debajo de la media en crecimiento digital y esto no ayuda para impulsar su economía", señaló un portavoz de la Comisión.