Esta retribución se completa con recompras de acciones de hasta 5.400 millones de euros, en el entorno esperado de precios, destinando así hasta 10.000 millones de euros a remunerar a los accionistas durante los próximos cuatro años
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| 22 feb 2024
Repsol ha presentado hoy su Actualización Estratégica 2024-2027, que fija las prioridades y los objetivos para reforzar su crecimiento rentable, consolidar su apuesta multienergética, alcanzar sus objetivos de descarbonización para 2025 y 2030 y las cero emisiones netas en 2050.
Desde la presentación del Plan Estratégico 2021-2025, la compañía ha obtenido un destacado desempeño financiero y operativo, que le ha permitido lograr, con dos años de antelación, gran parte de los objetivos comprometidos. Esta situación plantea un futuro a cuatro años vista repleto de oportunidades para Repsol.
La Actualización Estratégica 2024-2027 parte de unas ventajas competitivas claras y de una posición financiera sólida para dibujar una hoja de ruta de descarbonización rentable, apalancada en un mix tecnológico equilibrado. Este plan establece un nuevo marco de asignación del capital que da prioridad a la retribución a los accionistas, fija un nivel de inversión superior a la media de los últimos años y mantiene la fortaleza financiera; y se sustenta en una sólida generación de flujo de caja operativa, que ascenderá a 29.000 millones de euros en el conjunto de los cuatro años.
La nueva estrategia se apoya también en tres aspectos clave: el talento de los más de 25.000 empleados de la compañía, la tecnología y la digitalización, en la que se invertirán más de 500 millones de euros en los cuatro años. Los ambiciosos objetivos de descarbonización siguen manteniéndose a 2030, confirmando el compromiso de Repsol de alcanzar las cero emisiones netas en 2050.
Retribución al accionista: 4.600 millones de euros en dividendo en efectivo y recompras adicionales de acciones
Repsol destinará entre el 25% y el 35% del flujo de caja de las operaciones a retribuir a sus accionistas, incluyendo dividendos y recompra de acciones.
En consecuencia, la compañía podría llegar a distribuir hasta un máximo de 10.000 millones de euros entre sus más de 520.000 accionistas, en gran parte pequeños ahorradores que viven en España: distribuirá 4.600 millones de euros en dividendo en efectivo, cifra que podrá completar con hasta 5.400 millones en recompras de acciones, para alcanzar el rango del 25%-35% comprometido.
Para 2024, Repsol ha anunciado un incremento de aproximadamente un 30% del dividendo en efectivo, hasta 0,9 euros por acción, repartiendo 1.095 millones de euros. Para los siguientes tres años, el compromiso es incrementar un 3% anual esta cantidad total, hasta 1.197 millones de euros en 2027. Además, el Consejo de Administración aprobó ayer un programa de recompra de 35 millones de acciones, con la intención de amortizar 40 millones de acciones antes de que finalice julio de 2024.
Esta nueva propuesta de valor al accionista proporciona estabilidad y visibilidad al dividendo, al establecer un plan definido de crecimiento anual de la retribución en efectivo, completado con recompras de acciones en función del escenario macroeconómico.
La compañía continuará manteniendo su sólida posición financiera, reflejada en su actual calificación crediticia (BBB+/Baa1), sobre la que se asienta la remuneración al accionista y el programa de inversiones. En 2023 el apoyo a la gestión de la compañía y su solidez financiera quedó demostrado con la mejora de su rating por parte de Fitch, hasta BBB+ con perspectiva estable. Con esta decisión, se alineaba con S&P y Moody’s, que realizaron revisiones al alza de sus calificaciones a finales de 2022.
Entre 16.000 y 19.000 millones de inversión neta para evolucionar los activos actuales
Repsol contempla unas inversiones netas de entre 16.000 y 19.000 millones de euros en los próximos cuatro años −que se suman a la fuerte inversión realizada especialmente en los dos últimos años−, que se modularán en función del escenario macroeconómico, la evolución de la tecnología y de la regulación, la madurez de los proyectos y el avance en la rotación de activos y las desinversiones previstas.
La Península Ibérica concentrará el 60% del total y Estados Unidos, el 25%. Por su parte, las iniciativas bajas en carbono representarán más del 35% de las inversiones totales. Para 2024, la inversión neta prevista se sitúa alrededor de los 5.000 millones de euros.
Estas inversiones aprovechan las oportunidades con rentabilidades atractivas que la compañía ya tiene en cartera, capaces de transformar los proyectos actuales en nuevos negocios para abordar la transición energética. Al mismo tiempo, Repsol seguirá desarrollando su plataforma de Generación Baja en Carbono y fortaleciendo el negocio Cliente.
“Durante los próximos cuatro años mantendremos la misma estrategia que presentamos en nuestro plan anterior para afrontar la transición energética y apostaremos por todas las energías que satisfagan las necesidades de nuestros clientes. Estamos convencidos de que esta aproximación, en la que la descarbonización es una oportunidad atractiva para crear valor, crecer y ser rentables, es la más adecuada para nosotros”, explica Josu Jon Imaz, Consejero Delegado de Repsol.
Industrial: reforzar la competitividad de los actuales activos y crear nuevas plataformas bajas en carbono
Una de las claves de la estrategia de descarbonización de la compañía se encuentra en la evolución de los siete complejos industriales de la compañía en polos multienergéticos, activos que garantizan el suministro energético y apoyan el mantenimiento de más de 6.500 puestos de trabajo directos.
Repsol prevé inversiones netas de entre 5.500 millones y 6.800 millones de euros entre 2024 y 2027 para mantener a la vanguardia estas instalaciones −seis de ellas ubicadas en la Península Ibérica y punteras en Europa− y desarrollar productos de bajas emisiones, como los combustibles renovables, el hidrógeno renovable y el biometano. Estas iniciativas requerirán de inversiones netas en un rango de entre 2.000 y 3.000 millones de euros, condicionadas a la evolución del marco regulatorio y fiscal en España. Adicionalmente, 500 millones de euros se invertirán en descarbonizar activos convencionales, alcanzando una reducción de emisiones de 1,6 millones de toneladas de CO2 al final del período.
Los combustibles renovables se fabrican a partir de residuos orgánicos (como aceites de cocina usados o biomasa) o combinando hidrógeno renovable y CO2 capturado. Su huella de carbono es cero o muy cercana a cero y, por tanto, son una solución rápida, inclusiva y eficiente en costes para la descarbonización del transporte (coches, camiones, aviones y barcos). Además, para el procesado de estas materias primas de origen renovable se aprovechan instalaciones industriales y logísticas ya existentes.
En este sentido, el próximo hito de la compañía es la puesta en marcha de la planta de biocombustibles avanzados de Cartagena este mismo mes de febrero. Esta instalación pionera, en la que se han invertido 250 millones de euros, sin subvenciones, producirá 250.000 toneladas de combustible renovable al año y permitirá evitar la emisión de 900.000 toneladas de CO2 anuales, equivalentes a poner en las carreteras 400.000 vehículos eléctricos, el actual parque de coches enchufables en España.
A la nueva planta de Cartagena se sumará en 2025 una segunda en Puertollano. Tras una inversión de 120 millones de euros, se reconvertirá una de las unidades del complejo industrial y producirá 240.000 toneladas de combustibles renovables, garantizando la competitividad de la refinería. Repsol también prevé replicar este modelo en un tercer centro industrial en España antes del año 2030.
El biometano y el hidrógeno renovable serán también importantes para la descarbonización de los complejos industriales de Repsol, usándolos como materia prima para producir combustibles renovables y otros productos descarbonizados. La compañía, la mayor productora y consumidora de hidrógeno de la Península, prevé alcanzar una producción equivalente de hasta 700 MW en 2027 y un máximo de 2.400 MW en 2030. Para ello, instalará electrolizadores en sus cinco centros industriales de España. En 2023, Repsol puso en marcha su primer electrolizador, de 2,5 MW, situado en su refinería de Petronor (Vizcaya). En biometano, se prevé alcanzar entre 1,3TWh y 1,5TWh en 2027.
El objetivo de Repsol es alcanzar una capacidad total de producción de combustibles renovables, incluyendo hidrógeno renovable y biometano, de entre 1,5 y 1,7 millones de toneladas en 2027 y hasta 2,7 millones en 2030 en la Península Ibérica y en Estados Unidos, y liderar el mercado de este tipo de combustibles.
Como parte de su estrategia, Repsol se ha aliado con socios para asegurarse el acceso a la tecnología y a las materias primas necesarias, consolidando así su posición en estos nuevos mercados. Además de su plataforma en la Península Ibérica, Repsol explora oportunidades para desarrollar iniciativas industriales bajas en carbono en otros mercados atractivos donde pueda aprovechar su experiencia y trayectoria, como Estados Unidos.
Exploración y Producción: motor de generación de caja con foco en las áreas con mayor creación de valor
El negocio de Exploración y Producción, el mayor generador de caja del grupo en el periodo 2020-2023, mantendrá su foco estratégico en la continua generación de valor y la progresiva descarbonización de sus operaciones.
La generación de caja se situará entre 5.000 y 6.000 millones de euros, teniendo en cuenta el escenario de precios actual, con una producción global que se mantendrá por encima de los 550.000 barriles equivalentes de petróleo al día (bep/d).
La unidad de Upstream mantendrá el foco en la eficiencia y la reducción de costes fijos en la producción mediante la mejora continua del modelo de explotación y las sinergias generadas por la integración de los activos en el Reino Unido. Adicionalmente, incorporará producción a partir de proyectos de desarrollo claves en Estados Unidos, Brasil y México, priorizando el valor de las nuevas contribuciones sobre el volumen. De esta manera, aumentará en un 30% la caja generada por barril producido hasta 2027, apoyándose en la entrada en producción del proyecto Leon-Castille (2025), en el Golfo de México estadounidense, y del proyecto Pikka, en Alaska, en 2026.
Reducir la intensidad de carbono de los activos de Upstream es una meta prioritaria para el conjunto del grupo y en los cuatro próximos años disminuirá un 33% gracias a la mejora continua y a las medidas de eficiencia. Además, la compañía aprovechará las capacidades técnicas y humanas de esta unidad de negocio para desarrollar proyectos de captura de emisiones.
Repsol continuará con la gestión activa de su cartera de proyectos para incrementar el foco en áreas clave que generan mayor valor ante una potencial salida a bolsa al final del periodo.
Cliente: mantener el liderazgo como compañía multienergética
Repsol se consolida como compañía multienergética, líder de la Península Ibérica, con más de 24 millones de clientes. El negocio Cliente realizará inversiones superiores a los 2.000 millones de euros entre 2024-2027, lo que supone un incremento medio anual frente al anterior periodo del 75%. Cliente centrará sus esfuerzos en reforzar el liderazgo en los negocios principales y crecer en los de mayor futuro, como la comercialización de electricidad y gas, la movilidad eléctrica, la eficiencia energética y la generación distribuida.
Para ello, Repsol mantendrá su cuota de mercado en los distintos negocios en los que opera, a través de la digitalización, la expansión de la red de estaciones de servicio y la diferenciación, ampliando las iniciativas del negocio non-oil y con la comercialización de combustibles renovables en 1.900 estaciones de servicio en 2027. Repsol es la primera compañía de la Península Ibérica que comercializa combustible renovable en estaciones de servicio, a través de más de 60 puntos, que superarán los 600 a finales de 2024.
En 2027, un 60% de las estaciones de servicio de Repsol serán multienergía, con combustibles renovables, puntos de recarga rápida o ultrarrápida de electricidad y AutoGas, junto a productos convencionales. Además, la compañía quiere liderar el mercado de combustible sostenible de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) en la Península.
Repsol prevé duplicar su base de clientes de electricidad y gas, hasta los 4 millones en 2027, y reforzar su posición en el mercado de la comercialización de electricidad, donde es el cuarto operador, con una cuota del 6%, a través del desarrollo de su base de clientes de Repsol E&G España y Portugal, la incorporación de Gana y CHC y el desarrollo de un canal físico de comercialización. Por su parte, la aplicación digital de fidelización de la compañía, Waylet, superará los 10 millones de clientes digitales en el ejercicio 2027.
Generación Baja en Carbono: desarrollar el portafolio asegurando retornos superiores al 10%
Otro de los pilares para la transición energética de la compañía es la generación renovable de electricidad. El negocio de Generación Baja en Carbono es una clara historia de éxito desde su lanzamiento en 2018, con más de 2.800 MW instalados en España, Estados Unidos, Chile, Italia y Portugal y una cartera de proyectos de 60.000 MW, tras la adquisición de varias plataformas de renovables en España (Asterion Energies) y Estados Unidos (Hecate y ConnectGen).
A lo largo del periodo 2024-2027, Repsol invertirá entre 3.000 y 4.000 millones de euros netos para desarrollar de forma orgánica su cartera de proyectos y alcanzar 9.000 MW-10.000 MW de capacidad instalada en 2027. El 50% estará en la Península Ibérica y un 30%, en Estados Unidos, tras consolidar el pipeline de Hecate y de ConnectGen. Por su parte, la compañía prevé ampliar su presencia en Chile y en Italia, con una capacidad instalada conjunta de 1.500 MW en el año 2027.
Una de las claves de esta estrategia se centra en la optimización de la estructura financiera y la rentabilidad de los proyectos, mediante la rotación de la cartera de activos, con la incorporación de socios y con project financing, para maximizar la generación de valor y asegurar retornos superiores al 10%.
Resultados de 2023
Repsol también ha presentado hoy sus resultados de 2023. La compañía mantuvo un buen comportamiento tanto operativo como financiero, lo que permitió seguir adelantando el cumplimiento de sus objetivos estratégicos. Entre enero y diciembre de 2023, el resultado neto de la compañía se situó en 3.168 millones de euros, un 25,5% menos que el año anterior. El resultado ajustado, que mide específicamente el funcionamiento de los negocios, alcanzó los 5.011 millones de euros, un 26% por debajo del total del año 2022, en un entorno incierto y volátil, con unos precios del crudo y del gas inferiores a 2022.
En 2023, la compañía realizó una inversión histórica de 6.167 millones de euros. De esta cantidad, un 43% (más de 2.600 millones de euros) se destinó a proyectos en la Península Ibérica y un 30%, a activos de generación renovable. Durante el ejercicio, se pusieron en marcha 1.100 MW de potencia renovable, alcanzando los 2.800 MW de potencia instalada, principalmente en España. Las inversiones en el negocio Industrial sumaron 1.161 millones de euros en el periodo, que contribuyeron al mantenimiento y generación de empleos industriales y a dinamizar las economías locales.
La producción media del negocio de Exploración y Producción en 2023 se situó en 599.000 barriles equivalentes de petróleo al día, tras un año intenso de reorganización de la cartera para centrar su actividad en regiones clave.
Esta estrategia multienergética ha encontrado el respaldo de numerosas instituciones como el Instituto de Crédito Oficial (ICO), del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), que han apoyado proyectos de transformación en complejos industriales y el desarrollo de proyectos de generación renovable.
Repsol ha presentado iniciativas a las convocatorias para fondos europeos “Next Generation” que suponen una inversión de más de 3.000 millones de euros en innovación tecnológica, descarbonización y economía circular, y ha obtenido fondos del “Innovation Fund Large Scale 2022: Industry electrification and hydrogen” para el proyecto Tarragona Hydrogen Network (un electrolizador con capacidad de 150 MW en su primera fase).
El negocio de Cliente mantuvo durante el ejercicio una atractiva política de descuentos para los usuarios y finalizó el año con 2,2 millones de clientes de electricidad y gas. Los clientes digitales aumentaron hasta los 7,9 millones gracias a los beneficios asociados a la aplicación Waylet.
El buen desempeño de todas las líneas de negocio derivó en una generación de caja de 7.064 millones de euros que, junto con las desinversiones y la rotación de activos renovables llevadas a cabo, permitió cubrir el volumen de inversiones, reducir la deuda y aumentar la retribución al accionista.
En 2023, Repsol destinó 2.461 millones de euros a retribuir a sus más de 520.000 accionistas, que han percibido un dividendo en metálico de 0,7 euros por acción, un 11% más que en 2022. Además, la compañía continuó con los programas de recompra de acciones, habiendo ya superado al cierre de 2023 los objetivos previstos en el plan estratégico hasta 2025. Por su parte, la contribución fiscal de Repsol en España −la mayor del Ibex 35− se situó en 10.446 millones de euros. La deuda neta se situó en 2.096 millones de euros a final de diciembre, un 7% menos que el año anterior, lo que sitúa el nivel de apalancamiento financiero en el 6,7%.