"La mitad de los bancos están condenados a desparecer en 10 o 15 años". El apocalíptico pronóstico no lo hace un gurú tecnológico o el enemigo más iracundo del sector financiero, lo dijo Francisco González, el presidente del segundo banco de España, BBVA, durante la presentación de resultados. Será porque sus primeros pasos profesionales lo […]
Dirigentes Digital
| 09 feb 2015
"La mitad de los bancos están condenados a desparecer en 10 o 15 años". El apocalíptico pronóstico no lo hace un gurú tecnológico o el enemigo más iracundo del sector financiero, lo dijo Francisco González, el presidente del segundo banco de España, BBVA, durante la presentación de resultados. Será porque sus primeros pasos profesionales lo dio como programador informático en IBM, pero el dirigente lo lleva avisando desde hace más de cinco años que la banca se tiene que adaptar a los cambios tecnológicos o sufrirá una hecatombe como la industria musical o cinematográfica.
El sector bancario ha comenzado a reaccionar cuando ha visto que su territorio está amenazado. La crisis financiera y las fuertes exigencias de capital de los reguladores le han obligado a replegar velas en innovación y expansión de nuevos negocios, y se han encontrado que agentes ajenos al sector como las tecnológicas están rascando parte de la tarta. Y lo que es peor los nuevos potenciales clientes se alejan cada vez más de los canales tradicionales de la banca.
Es cuestión de tiempo, según González, de que nuevos jugadores entren en el sector en serio. "La crisis financiera mundial ha provocado situaciones de escasa competencia y una reducción de la actividad en muchos mercados, que ha propiciado un caldo de cultivo para que empresas como Google, Facebook o Amazon, se hayan lanzado a competir en algunas áreas del sector financiero, explica Rodrigo García de la Cruz, experto de Tecnología e Innovación financiera del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).
No solo preocupa pequeñas start-up que han encontrado su hueco ante la falta de financiación a empresas y familias con préstamos entre particulares a través de Internet, la verdadera amenaza es que compañías como Google y Amazon entre de lleno en el negocio. Ana Botín, presidenta de Santander, el primer banco de Europa por capitalización bursátil lo corroboró en un reciente encuentro con periodistas en la presentación de resultados, "los grandes ya no son los bancos, son las tecnológicas que valen más que nosotros, tienen mayor posición de liquidez y están menos regulados". La potencial amenaza se ha convertido en una realidad porque si hay alguna empresa que puede competir con los bancos son estas empresas. Tienen los conocimientos, la tecnología y el capital suficiente para hacerlo.
La máxima dirigente del banco anunció una fuerte inversión sin precedentes en el banco para acometer un proceso de digitalización del negocio para enfrentarse a los cambios que está experimentado el sector.
En un reciente informe del IEB elaborado por García de la Cruz atestiguaba que la potencial amenaza de las grandes tecnológicas es una realidad con el desarrollo de servicios financieros que prestan a sus usuarios. Google ya financia con sus propios fondos a los clientes que utilizan sus herramientas de publicidad, tiene su propio sistema de pago desde dispositivo móviles y acaba de lanzar su propio bróker on line, Robinhood, cuya principal ventaja competitiva es que no cobra comisiones por la operativa.
PayPal es ya un competidor directo de la banca tradicional en transacciones on line. Su plataforma está operativa en todo el mundo y cuenta con más de 130 millones de cuentas. Además, cuenta con su propia tarjeta de crédito, otro territorio que era exclusivo de los bancos, y se puede utilizar en comercios físicos y cajeros automáticos. Amazon pretende prescindir de intermediarios para realizar sus compras con Amazon Store Card, su propia tarjeta de crédito que ya está disponible en Estados Unidos y que ofrece mejores condiciones y ventajas que la de los bancos.
Hay nuevos jugadores en la partida y como advirtió González si no entran de lleno es porque todavía no les compensa por la regulación que deberían asumir. El sector muestra sus fortalezas antes las tecnológicas. "Nosotros no tenemos problemas de seguridad", defiende Botín para referirse al riesgo en el tratamiento de los datos personales y en los problemas que han tenido algunas empresas tecnológicas.
Sin embargo, aunque el sector apele a la reputación de su seguridad, tiene perdido el terreno respecto a la confianza que inspiran las tecnológicas. Según un estudio de la consultora KAE, realizado en 2012, un 10% de los británicos y estadounidenses depositaría su dinero en Apple si hubiera un Apple Bank. Un 43% cuando hablamos de clientes que usan los dispositivos de la manzana.