Desde el primer momento, Obama dejó muy claro que su intención no era acercar posturas con Cuba para salir beneficiado de algún tipo de relaciones diplomáticas, si no que su objetivo iría más encaminado hacia las relaciones comerciales, y hacia el fin de lograr a la larga la democratización de la isla. La apuesta de […]
Dirigentes Digital
| 16 feb 2015
Desde el primer momento, Obama dejó muy claro que su intención no era acercar posturas con Cuba para salir beneficiado de algún tipo de relaciones diplomáticas, si no que su objetivo iría más encaminado hacia las relaciones comerciales, y hacia el fin de lograr a la larga la democratización de la isla. La apuesta de la Casa Blanca es hacerlo mediante el "empoderamiento" de los cubanos.
Pues bien, ahora Washington ha dado un paso de gigante en este camino, aunque un paso que puede verse incompleto. El Departamento de Estado de Estados Unidos levantó el pasado viernes buena parte de las restricciones que pesaban sobre la importación de bienes y servicios desde Cuba. Es decir, que Estados Unidos va a permitir la importación de algunos productos fabricados por "empresarios independientes" cubanos, una medida sujeta a notables excepciones pero con la que Obama busca dar más poder al pequeño sector privado de la isla.
El Departamento de Estado publicó una normativa por la que los estadounidenses podrán importar bienes y servicios producidos por empresarios cubanos que demuestren su independencia del Estado. Esto atiende a una flexibilización del embargo comercial impuesto a la isla hace más de medio siglo.
Cuba cuenta con un incipiente sector privado, que suma ya casi medio millón de "cuentapropistas", como se denomina en la isla a los trabajadores autónomos, que confían en que el proceso de normalización de relaciones con Estados Unidos sirva de impulso a sus negocios. Además, el número de negocios privados asciende ya a los 13.000. Sin embargo, los sectores más ‘demandados’ en Cuba son la reparación de vehículos, peluquerías o restaurantes, establecimientos que difícilmente puedan beneficiarse de la nueva medida de apertura.
¿Por qué no pueden beneficiarse? Porque Estados Unidos no da ‘puntada sin hilo’. Pese a implantar esta medida, Obama ha creado una lista de bienes y servicios que quedan excluidos de esta libre importación: productos animales, productos agrícolas, minerales, armas, productos electrónicos, componentes de vehículos, alcohol y tabaco. Estos últimos, dos de los bienes reclamos más importantes de la isla gracias a la fama mundial de los puros ‘habanos’ y el ron cubano.
Otro de los requisitos indispensables para las empresas estadounidenses que deseen importar productos de Cuba bajo la nueva normativa, que entra en vigor de inmediato y está sujeta a impuestos y tasas, es la aportación de "pruebas que demuestren el estatus independiente" de los empresarios cubanos con los que desean hacer negocios.
Para ello, pueden presentar el permiso que emite el Gobierno cubano a ciertos individuos que dirigen pequeñas empresas en la isla o, en ciertos casos, puede ser suficiente "la verificación de una organización independiente".
Este nuevo paso se suma a los ya dados por el Gobierno de Obama para aliviar el embargo comercial a la isla. Hace un mes entró en vigor la orden ejecutiva de Obama para flexibilizar los viajes y algunas de las limitaciones comerciales contra Cuba. Sin embargo, el levantamiento completo del embargo comercial requiere una acción del Congreso estadounidense, mucho más decidida y directa, que abra definitivamente las puertas a las exportaciones estadounidenses a la isla.