El protagonismo de China en el escenario internacional obliga al país a ser contundente en la apertura de sus mercados financieros. Y los últimos datos de SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication) evidencian que el esfuerzo de las autoridades chinas por alcanzar este objetivo empieza a dar sus frutos. En apenas tres meses, el […]
Dirigentes Digital
| 03 feb 2015
El protagonismo de China en el escenario internacional obliga al país a ser contundente en la apertura de sus mercados financieros. Y los últimos datos de SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication) evidencian que el esfuerzo de las autoridades chinas por alcanzar este objetivo empieza a dar sus frutos. En apenas tres meses, el renminbi ha pasado de la séptima a la quinta plaza por valor de las operaciones comerciales realizadas, solo por detrás del dólar, el euro, la libra esterlina y el yen japonés.
"Hace dos años, en enero de 2013, la moneda china se encontraba en decimotercera posición, con una participación del 0,63%. En diciembre de 2014, alcanzó la cifra récord del 2,17% del valor de los pagos globales, y se acerca al yen japonés, con una participación del
2,69%", recuerdan desde la firma.
Wim Raymaekers, director de Mercados bancarios de SWIFT, califica este hecho como un auténtico hito, e insiste en que "es una prueba del proceso de internacionalización y confirma su transformación de moneda emergente en moneda de pago habitual". El experto, recuerda que "el aumento de centros de compensación offshore de esta divisa en todo el mundo, incluidos los ocho nuevos acuerdos firmados con el Banco Popular de China en 2014, ha supuesto un importante impulso a este crecimiento".
Los datos oficiales reflejan cómo el valor de los pagos en renminbis se incrementó un 20,3% en diciembre de 2014, frente al crecimiento del 14,9% experimentado en los pagos mediante el resto de divisas. De hecho, en los dos últimos años, la divisa ha experimentado crecimientos de 3 dígitos de forma sostenida.
El objetivo de las autoridades chinas es evidente: convertir al renminbi en divisa de reserva mundial y reducir su dependencia del dólar, que tan alta factura pasó a las arcas locales durante los primeros años de la crisis subprime. Según datos de Citi, hasta dos tercios de las reservas chinas están en dólares, en forma de deuda gubernamental e institucional. Y aunque la fortaleza del dólar juega ahora una baza a su favor, tanta exposición puede suponer un serio trastorno frente a un mal desempeño del billete verde.
La internacionalización de su moneda es, sin duda, una fórmula para diversificar y expandir la influencia geopolítica del país en el contexto global. Especialmente en un momento en el que las dudas sobre el ritmo de crecimiento chino pesan más que nunca en los mercados financieros.
En un documento publicado el pasado año por SWIFT, Alex Medana, director de Mercados de Valores para Asia Pacífico de la entidad, explica que "los pagos, forex y la financiación del comercio exterior son los marcadores para ver el crecimiento en la internacionalización del renminbi". Según explican los expertos, esta divisa se utiliza principalmente como una divisa de liquidación del comercio, "pero vale la pena señalar que también está progresando como moneda de inversión".
En los primeros nueve meses de 2014, el 28% de las confirmaciones de liquidación de valores en renminbi se realizaron fuera de China y Hong Kong, en comparación con el 16% en el mismo período de hace dos años.