Los datos del dinero que estas instituciones manejan son abrumadores, muchas de ellas con endowments con activos bajo gestión superiores a los de muchos fondos soberanos. Harvard, por ejemplo, cuenta con 36.400 millones de dólares en su fondo, según sus últimos datos públicos. Unos fondos a los que las universidades recurren para asegurarse ingresos a […]
Dirigentes Digital
| 16 abr 2015
Los datos del dinero que estas instituciones manejan son abrumadores, muchas de ellas con endowments con activos bajo gestión superiores a los de muchos fondos soberanos. Harvard, por ejemplo, cuenta con 36.400 millones de dólares en su fondo, según sus últimos datos públicos. Unos fondos a los que las universidades recurren para asegurarse ingresos a largo plazo, y que invierten en activos financieros como renta variable, renta fija e incluso inmobiliario. Con ellos se financian para proyectos de investigación o para ofrecer becas a sus estudiantes.
Según cálculos de Bloomberg, entre las universidades de EEUU y Reino Unido acumulan unos 393.000 millones de dólares en este tipo de fondos. El problema es que, como en el caso de sus alumnos, la brecha de las inversiones que reciben y lo que ganan las 40 universidades más prestigiosas de EEUU frente al resto es cada vez más fuerte. Y así continuará a juicio de Moody’s.
En su informe presentado esta semana, la agencia de calificación crediticia explican que las diez instituciones "más ricas" mantenían en el año fiscal 2014 cerca de un tercio del total de cash e inversiones del conjunto del sector, mientras que el ‘TOP 40’ de universidades supone unos dos tercios. Los expertos recuerdan que esa riqueza se concentró entre las escuelas de élite de una forma más equitativa antes de la crisis financiera, pero la brecha se redujo durante 2008 y 2009, cuando los endowments de entidades del tamaño de Harvard, Yale o Standford sufrieron, y mucho, con la crisis en los mercados financieros.
Sin embargo, han sido precisamente ellas las que más se han recuperado desde entonces, ampliando de nuevo la distancia con las escuelas de menor tamaño, aunque con la misma calificación. Y es que Moody’s, como hace con los países y otras empresas, también califica la deuda de más de 500 escuelas públicas y privadas.
Pranav Sharma, analista de Moody’s y autora del informe, explica que los endowments de las grandes universidades se muestran más dispuestos a invertir en activos menos líquidos, pero con rentabilidades potenciales mayores. Por eso, asegura que "es poco probable que las escuelas que no estén ya en lo alto de la lista, puedan alcanzarles" a no ser que los gestores de las grandes cometan grandes errores.
Las mejores universidades también han demostrado una clara ventaja en lo que respecta a otra fuente de ingresos: la recogida de donaciones. Las 40 primeras estudiadas por Moody’s han acumulado el 59% del total de este tipo de ingresos durante el año fiscal 2014. Aquellas con balances más débiles y, por tanto, con una calificación de deuda menor (a partir de Baa), solo consiguieron el 3% de las donaciones totales.
Moody’s pone como ejemplo los 350 millones de dólares que Harvard recibió el pasado año de un inversor chino que había sido estudiante en el prestigioso centro. Así, consiguió encabezar el ranking de donaciones en su industria con 1.16 millones de dólares en total recibidos por este concepto.