Tras un inicio de sesión positivo, que duró poco, los mercados de valores europeos fueron perdiendo terreno a lo largo de la jornada hasta cerrar el día con fuertes pérdidas, penalizados por el hecho de que la delegación griega se presentó a la reunión del Eurogrupo y a la posterior cumbre de líderes de la […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Tras un inicio de sesión positivo, que duró poco, los mercados de valores europeos fueron perdiendo terreno a lo largo de la jornada hasta cerrar el día con fuertes pérdidas, penalizados por el hecho de que la delegación griega se presentó a la reunión del Eurogrupo y a la posterior cumbre de líderes de la Zona Euro sin nuevas propuestas, lo que despistó mucho a unos inversores que esperaban algo positivo de ambas reuniones. La incomprensible actitud del Gobierno de Grecia que, a pesar de haber salido muy fortalecido a nivel interno tras el referéndum del pasado domingo, sigue manteniendo una posición de gran debilidad ante la falta de liquidez que mantiene cerrados los bancos del país y amenaza con su insolvencia, pesó mucho en el ánimo de unos inversores que, en nuestra opinión, siguen mostrándose algo complacientes en relación a la "crisis griega" y sus posibles derivadas.
Por su parte, los mercados de bonos soberanos de la Zona Euro "aguantaron el tirón" mucho mejor, probablemente gracias a la intervención del BCE, algo que consideramos muy positivo dado el cada vez más factible escenario de salida de Grecia del euro. Así, y aunque el bono alemán subió con fuerza, lo que incrementó las primas de riesgo de los países de la periferia de la región como España, Italia o Portugal, los bonos de estos países también se revalorizaron durante la sesión, lo que hizo que sus rentabilidades descendieran.
Por su parte, Wall Street, que inició la sesión a la baja, lo que llevó al S&P 500, su principal índice, a perforar por momentos su media de 200 sesiones, reaccionó con fuerza al alza durante las últimas horas de la sesión en un movimiento que, entendemos, tuvo un importante componente técnico. También ayudó a ello "los consejos" del FMI a la Reserva Federal (Fed) para que no se precipite iniciando su proceso de subidas de tipos, lo que debilitó al dólar, impulsó al alza los bonos del Tesoro y animó a los grandes valores del mercado estadounidense, especialmente a los de las compañías de utilidades y a las de productos básicos de consumo.
Hoy es factible que al comienzo de la sesión las bolsas europeas intenten recuperar algo del terreno perdido. No obstante, y a pesar de que todo apunta a que Grecia estaría dispuesta a presentar en breve nuevas propuestas, que podrían ser incluso valoradas hoy por el Eurogrupo, que mantendrá una nueva teleconferencia, entendemos que la actitud del Gobierno griego en los cinco meses que lleva negociando con sus acreedores y a pesar de está "contra las cuerdas" no es para ser muy optimistas sobre el desenlace de la crisis. En este sentido, ayer tanto los líderes políticos de la Zona Euro, con la canciller alemana, Merkel, y el presidente de Francia, Hollande, a la cabeza, como el BCE y la Comisión Europea (CE) dieron a Grecia un ultimátum: o se llega a un acuerdo antes del domingo que satisfaga a los acreedores y que pueda ser aprobado en la nueva cumbre convocada para tal día, o se acabó, es decir, Grecia se vería abocada a salir de la Zona Euro. Antes, y como ayer dijeron tanto Merkel como Hollande, el país podría recibir dinero siempre que haya un compromiso serio y que el Parlamento del país inicie los trámites para aprobar los acuerdos.
Es evidente que los plazos se acortan cada vez más y que el margen de maniobra es escaso por ambas partes. Todo depende ahora de lo que el Gobierno de Grecia quiera hacer. El tono de la intervención de hoy del primer ministro del país, Tsipras, ante el Parlamento europeo creemos que dará muchas pistas al respecto.
Por tanto, una nueva jornada en los mercados financieros europeos, pendientes de la evolución de la cada vez más enquistada "crisis griega". No obstante, no debemos olvidar otra "crisis" que está desarrollándose más lejos pero que nos preocupa igualmente. Hoy el mercado de valores chino ha vuelto a caer con fuerza a pesar de los continuos intentos de intervención por parte de las autoridades del país. Cabe destacar que casi la mitad de los valores han dejado de cotizar para impedir las caídas. Es evidente que el intentar "prohibir" que la bolsa baje no es efectivo. El problema es que muchos ciudadanos y empresas chinos han invertido en el mercado a crédito y están sufriendo graves pérdidas, lo que podría provocar efectos no deseados en la economía del gigante asiático. Hoy, de momento, ha arrastrado a la baja al resto de principales mercados de valores de la región como el de Hong Kong o el de Japón. Es muy factible que este nuevo factor de incertidumbre termine por afectar también a las Bolsas occidentales de fracasar los intentos de las autoridades chinas de estabilizar el mercado.
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