Los mercados financieros y estadounidenses afrontan una semana repleta de acontecimientos que podría determinar la tendencia que adoptan en el corto/medio plazo. Así, además de la "historia interminable" en la que ha devenido la "crisis griega", de la que luego hablaremos en detalle, esta semana los inversores tendrán múltiples y muy importantes referencias que, sin […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Los mercados financieros y estadounidenses afrontan una semana repleta de acontecimientos que podría determinar la tendencia que adoptan en el corto/medio plazo. Así, además de la "historia interminable" en la que ha devenido la "crisis griega", de la que luego hablaremos en detalle, esta semana los inversores tendrán múltiples y muy importantes referencias que, sin duda, van a condicionar su estrategia de inversión de cara a los próximos meses. Así, la temporada de presentaciones de resultados trimestrales comienza a coger ritmo en Wall Street, con los grandes bancos dando a conocer sus cifras (JP Morgan y Wells Fargo, martes; Bank of America, miércoles; y Citigroup y Goldman Sachs, jueves) así como importantes compañías referentes en el sector tecnológico como Intel (miércoles) o Google (jueves), o corporaciones directamente relacionadas con el petróleo como Schlumberger (jueves) o Honeywell (viernes). Además, la presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, habla esta semana, en lo que es su comparecencia bianual ante el Congreso de los EEUU. El miércoles lo hará ante el Comité de Servicios Financieros de la Casa de Representantes (cámara baja) y el jueves ante el Comité Bancario del Senado (cámara alta). Los congresistas estadounidenses intentarán sonsacar a Yellen sobre la futura política monetaria de la institución que preside, con los Republicanos, con mayoría en ambas cámaras, criticando la laxitud de la misma e instándole a normalizarla lo antes posible. En este sentido, señalar que el pasado viernes Yellen, en una conferencia, insistió en que la intención de la Fed era comenzar a subir sus tipos de interés de referencia este año.
Igualmente, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) se reúne el jueves. Entendemos que Grecia y las medidas a adoptar por la institución en función de lo que ocurra con las negociaciones entre el país y sus acreedores en los próximos tres días, monopolizarán la atención de los miembros del Consejo y, posteriormente, la intervención en rueda de prensa de su presidente, el italiano Mario Draghi. Por último, señalar que la semana será intensiva en lo que a la publicación de cifras macro hace referencia, especialmente en EEUU, donde se conocerán datos de la relevancia de las ventas minoristas de junio (martes); la producción industrial del mismo mes (miércoles); el IPC y la cifra de inicio de viviendas, también del pasado mes, y la lectura preliminar de julio del índice de sentimiento de los consumidores (viernes). En Europa destaca la publicación mañana de la producción industrial de mayo y el jueves del IPC de junio, ambos en la Zona Euro.
Siendo todas esta citas/factores muy relevantes, sin embargo, será nuevamente la "crisis griega" y sus innumerables derivadas la que seguirá acaparando la atención de los mercados financieros occidentales. Este fin de semana, y tras interminables negociaciones en el seno del Eurogrupo (viernes, sábado y domingo) y de la cumbre de líderes de la UE (domingo y madrugada del lunes), no termina de estar claro qué es lo que va a ocurrir en los próximos días. Es meridiano que los socios y acreedores de Grecia han aprovechado el hecho de que el país está "contra las cuerdas", con su sector bancario a punto de quebrar, para "apretarle bien las tuercas". Así, el Gobierno de Grecia va a tener que ceder y superar innumerables hasta hace poco "líneas rojas" si quiere evitar su salida del euro. Las interminables negociaciones iniciadas hace cinco meses y, queremos pensar, la impericia del nuevo Gobierno heleno, han provocado que la economía del país, que cuando se iniciaron las mismas empezaba a salir de una fuerte depresión, haya recaído y esté al borde del abismo. El sector bancario, que sigue "vivo" gracia al BCE y a su programa de liquidez de emergencia, el denominado ELA, está a punto de sucumbir. El nuevo escenario económico al que se enfrenta el país en estos momentos es mucho peor que el de comienzos de año, calculándose ahora que Grecia necesita un nuevo rescate por un importe cercano a 80.000 millones, de los cuales cerca de 25.000 millones irán destinados a capitalizar sus bancos. No obstante, sus socios y acreedores exigen a Grecia, si quiere recibir un nuevo rescate, que implemente en los tres próximos días, aprobando la legislación correspondiente en el Parlamento del país, las medidas solicitadas por sus acreedores en materia de impuestos, privatizaciones, reducción de gastos públicos, pensiones, etc. De no ser así, la salida de Grecia del euro será un hecho ante el colapso de su sector bancario, que será lo primero que se desmoronará.
El tema va para largo y seguirá condicionando su comportamiento, para bien o para mal, en los próximos días, con el miércoles, aparentemente, como fecha tope para determinar si Grecia recibe nuevas ayudas y se queda en la Zona Euro o, por el contrario, quiebra y se ve abocada a salir de la moneda única.
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