Por Laura Olcina, presidenta de la Federación de Centros Tecnológicos de España (Fedit), directora gerente del centro tecnológico ITI y vicepresidenta del Consejo Asesor de Ciencia, Tecnología e Innovación (CACTI)
Laura Olcina
| 08 mar 2024
En Fedit, los centros y organizaciones que la forman, afrontamos el Día Internacional de la Mujer 2024 con optimismo y con esperanza.
Con optimismo, porque las últimas cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística muestran un crecimiento en la inversión en I+D+I de un 12 por ciento, la tasa más alta de crecimiento en 15 años. Por primera vez en nuestra historia, se han invertido más de 19.000 millones de euros en investigación, desarrollo e innovación.
Con esperanza porque, poco a poco, se está produciendo un cambio de modelo económico en España: el conocimiento gana peso en nuestra estructura productiva con 263.407 empleados en actividades de I+D+I, un 5,34 por ciento más que en el ejercicio anterior. Al mismo tiempo, subimos dos puestos en la clasificación de países de la UE que más porcentaje del PIB dedican a esta materia. De forma paralela, aunque no a la velocidad deseada, las mujeres ganan peso en las actividades relacionadas con la I+D+I. En el sector público español, ya son el 49 por ciento de los profesionales.
Esa esperanza y optimismo a los que aludía no significan que olvidemos que todavía queda mucho por hacer, tanto en porcentaje de inversión en I+D+I con respecto al PIB, como en el número de estudiantes y profesionales STEM, sean hombre o mujeres; y la brecha de género que aún existe en el sector.
En esta incipiente nueva era industrial en la que nos encontramos, la innovación y la tecnología son fundamentales para el desarrollo económico y social. Ante la falta de empleados en estos sectores y la decreciente vocación científica, tecnológica, matemática y de ingeniería en la educación superior, la incorporación de más mujeres supondrá un impulso en las actividades de I+D+I. Conseguir y retener profesionales en este sector se ha convertido en un reto. No podemos prescindir del 50 por ciento del talento del planeta.
La incorporación de perfiles femeninos a la investigación y la innovación hará, además, que los equipos sean más diversos y que las soluciones que desarrollen cubran mejor las necesidades a las que intentan responder. Según el Instituto de la Mujer, el 90 por ciento de los productos tecnológicos están diseñados por hombres, cuando el 80 por ciento de su consumo está influido por mujeres, ¿no sería lógico que participaran más en el desarrollo de esos productos?
Desde los Centros Tecnológicos de Fedit, trabajamos desde hace años para atraer el talento femenino y reducir la brecha de género que existe en el ámbito de la I+D+I. Entre otros, participamos en cursos de formación, campañas de comunicación y actividades específicas en colaboración con instituciones públicas y privadas para acabar con los estereotipos de género, dar a conocer las profesiones de investigadoras y tecnólogas, así como crear referentes para las mujeres en el sector de la I+D+I. Sin referentes femeninos, no habrá vocaciones femeninas, ni igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito de la innovación. Los Centros Tecnológicos cuentan, además, con planes de igualdad que permiten conciliar la vida personal con la laboral.
Así, poco a poco, vamos cerrando la brecha de género en nuestros centros: el 44,8 por ciento de sus directivos son mujeres, mientras que el 38,33 por ciento de sus empleados son investigadoras. 10 de los 52 Centros Tecnológicos integrados en Fedit tienen al frente de su dirección a una mujer. En los eventos que organizamos como meetechSpain, que reunirá al ecosistema innovador de nuestros centros del 13 al 14 de junio en Madrid, damos también visibilidad a nuestro talento femenino.
Sin duda, invertir en mujeres, acelera el progreso, como dice el lema del Día Internacional de la Mujer de este año. La innovación, el cambio tecnológico y la educación en la era digital son herramientas para cerrar la brecha de género y empoderar a mujeres y niñas. Según los datos de la ONU, la reducción de esa brecha supondría un aumento del 20 por ciento en el PIB per cápita, ¿nos podemos permitir perder esta oportunidad?