Desde aquel "whatever it takes"… ya saben: "Haremos lo que sea necesario para salvar al euro y creanme será suficiente", el banquero italiano no ha dejado de dar alegrías a las Bolsas y de destensar los mercados de deuda, aún a pesar de la "insistencia" de Grecia de "asustar" a propios y extraños. Sin embargo, este jueves, clave, falló y las dudas asaltan a unos inversores que apuestan a las autoridades monetarias y que deben hacer frente a la posible primera subida de tipos de interés en Estados Unidos en casi una década, a la desaceleración de los emergentes, con China a la cabeza, y a una recuperación con "pies de barro".
El mercado siempre quiere más y, aunque el BCE ha tomado medidas (rebajar el tipo de depósito, ampliar la duración de su tamaño, reinvertir el principal a su vencimiento en más QE e incluir deuda regional y local) que hace apenas dos años eran impensables, para muchos expertos ha sido insuficiente y para otros tantos ha creado una serie de interrogantes e incertidumbres que enturbian unas perspectivas muy dependientes de los "vientos a favor" que suponen tanto la política acomodaticia, como la debilidad del euro y los reducidos precios de la energía.
Para, Simon Ward, economista jefe de Henderson Global Investors, Draghi "no ha gestionado adecuadamente su estrategia de comunicación (…) se extralimitó en sus insinuaciones y se ha topado con una férrea oposición liderada por Alemania ante las dudas sobre el argumento económico para implantar nuevos estímulos y las objeciones a la transferencia de ingresos de los bancos del núcleo de la región hacia los periféricos, que implica un mayor recorte en el tipo de los depósitos".
Así, detalla, "con la inflación general orientada al alza, unas encuestas que apuntan a un sólido crecimiento del PIB y un agregado monetario M3 por encima del "valor de referencia" del BCE, los mercados podrían llegar a la conclusión de que ya no hay más margen para ampliar las políticas de relajación monetaria, lo que sentaría un límite mínimo para el euro, especialmente en vista de que la presidenta de la Fed, Janet Yellen, sigue decidida a no adoptar compromiso alguno sobre una segunda subida de tipos en Estados Unidos".
Por otra parte, indica el estratega de Citi en España, José Luis Martínez Campuzano, más allá de no cumplir las previsiones, la rueda de prensa de Draghi supuso una "una segunda frustración al evitar crear nuevas expectativas: el euro fue citado de pasada, se mantuvieron básicamente las perspectivas de crecimiento e inflación, se pidió tiempo para valorar la bondad de las medidas tomadas, se evitó hablar de la situación de la banca (y de los préstamos fallidos, algo que sí fue recurrente en las comparecencias anteriores) y no se hizo mucho énfasis en los riesgos para el escenario".
Sinceramente, afirma, "fue tan inquietante lo que no dijo o pasó por encima como la falta de medidas concretas que ya se habían descontado". A lo que hay que sumar la disidencia (principalmente germana) en el seno del BCE en lo que respecta a medidas acomodaticias: "La sensación que dejó es que hoy por hoy la política monetaria está al límite. Y es por eso que debe ser Alemania, principalmente Alemania, la que debería actuar de motor de crecimiento".
Cosimo Marasciulo, de Pioneer Investments, cree que el grado de oposición a unos mayores estímulos "se aclarará en las próxima semanas", pero el mercado no había descontado la división dentro de la autoridad monetaria, por lo que "la rentabilidad de los bonos puede experimentar cierta presión al alza a principios de 2016".
En este sentido, Barclays añade que muchos miembros de la autoridad monetaria de la Zona Euro podrían estar comenzando a temer que "el riesgo moral se está convirtiendo en un problema importante, pues muchos Estados están retrasando las reformas estructurales necesarias y no están cumpliendo con el ajuste fiscal necesario".
Mientras, Azad Zangana, economista europeo de Schroders, añade: "Los inversores desprevenidos tendrán que aprender a mirar más atentamente los datos y no esperar a que el BCE vele siempre por tranquilizarles. Ahora estamos a la espera de la decisión que tomará la Fed este mes. Suponiendo que Yellen siga el plan previsto y suba los tipos de interés tal y como se espera, podríamos asistir a la reanudación de la reciente tendencia bajista del euro".
El vaso medio lleno
Como decíamos al principio, a la hora de "digerir" este aumento de los estímulos, debemos tener en cuenta que hace no tanto parecían medidas inalcanzables; asimismo, tampoco podemos obviar que quizá sea la propia evolución de la economía la que no justifica un mayor apoyo (esto es lo que defiende Alemania) y esto significaría que la remontada se afianza y el crecimiento también.
Tal y como recuerda, Yves Longchamp, jefe de investigación de Ethenea, "los índices de actividad se han fortalecido en los últimos meses en Europa, especialmente en los países periféricos, y la tasa de inflación subyacente ha aumentado también desde el verano pasado. Como resultado, la previsión de crecimiento del BCE se ha revisado ligeramente al alza. En cuanto a la inflación, las estimaciones han sido muy ligeramente revisadas a la baja, y no se debe a un incremento del riesgo de deflación, sino a que la inflación tardará más tiempo en subir de nuevo y alcanzar el objetivo del 2%". Por tanto, afirma: "La decepción actual tiene por lo tanto al mismo tiempo una nota tranquilizadora".
En opinión de Raquel Blázquez, portfolio manager de Ibercaja Gestión, "lo importante es que se han tomado nuevas medidas de expansión cuantitativa, que además como ha apuntado Draghi en su intervención, han sido adoptadas con un amplio consenso y que hay recorrido y ha dejado la puerta abierta para tomar nuevas medidas adicionales si fuera necesario. Pero lo prudente y lo lógico en el contexto actual, es evaluar en los próximos meses, qué efectos van teniendo estas actuaciones en los niveles de precios, en la actividad económica, en la normalización de los flujos de crédito… y en función de eso (y del entorno macro internacional), valorar la necesidad de continuar ampliando o no el programa".
Llama a la calma también Olivier Arpin, economista de UBP, al señalar que la recuperación cíclica de Europa no puede ser puesta en duda, y tampoco la tendencia bajista del euro: "En 2016, la política monetaria seguirá siendo muy expansiva y, no debemos olvidar, que la fiscal será neutral e, incluso, algo acomodaticia por primera vez desde el ciclo de austeridad iniciado en 2010". Asimismo, añade, las reformas implementadas por algunos países deberían comenzar a dar sus frutos.
Posicionamiento
Para Banca March la reacción inicial de los mercados se asienta sobre factores técnicos y un sobreposicionamiento del mercado en las últimas semanas, descontando en exceso un cambio radical en las políticas del BCE. Recomendamos por tanto, mantener las posiciones dentro de las actuales recomendaciones para los distintos perfiles de riesgo, aprovechando incluso el momento para tomar posiciones en aquellas carteras pendientes de implementar o en rangos inferiores a los recomendados en renta variable europea y bonos periféricos".
Coincide Marilyn Watson, responsable de estrategia mundial de productos de renta fija sin limitaciones de BlackRock, al mantener su preferencia por deuda soberana de Portugal y Eslovenia, ante el "proceso de curación en marcha de estas economías". Asimismo, se posicionan largos en renta fija gubernamental de España y cortos en la italiana.
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