Según los últimos registros de la agencia S&P, el número de suspensiones de pagos corporativas alcanzó en 2015 el mayor nivel en los últimos seis años. Y fueron precisamente las empresas del sector petróleo y gas las más afectadas. "La prolongación de los bajos precios del petróleo puede suponer el inicio de la quiebra de […]
Dirigentes Digital
| 07 ene 2016
Según los últimos registros de la agencia S&P, el número de suspensiones de pagos corporativas alcanzó en 2015 el mayor nivel en los últimos seis años. Y fueron precisamente las empresas del sector petróleo y gas las más afectadas. "La prolongación de los bajos precios del petróleo puede suponer el inicio de la quiebra de algunos productores", indican los expertos de Threadneedle.
Tal y como indican, "una cuestión que podemos afirmar con certeza, si suponemos que las demás variables permanecen constantes, es que la presión bajista que ejercen los precios del petróleo en la inflación general debería desaparecer de las cifras de 2016". En efecto, la inflación y su acercamiento al nivel previsto por los bancos centrales serán factores cruciales, "ya que probablemente determinarán si seremos o no testigos de un nuevo impulso monetario por parte del Banco de Japón y del BCE".
Ante este escenario, recomiendan a los inversores seguir muy de cerca la evolución del precio del crudo, que actualmente ronda los 36 dólares. "Seguiremos vigilando de cerca el precio del petróleo. A los precios actuales, los productores que incurren en mayores costes y algunos de los productores de esquisto menos importantes están perdiendo dinero, pero algunos seguirán produciendo para generar flujos de caja", indican los expertos, asegurando que "aunque estos productores han podido proteger la producción con entrega a un año a unos niveles que superan con creces el precio al contado (a la espera de que se recuperen los precios del petróleo), este ya no es el caso".
De hecho, indican cómo es preciso observar un plazo bastante largo en toda la curva de precios del petróleo para encontrar unos precios por las entregas futuras que sean sustancialmente superiores a los precios actuales. "Por tanto, es probable que en el año que entra presenciemos la caída de algunos de los productores más frágiles y aquellos que incurran en mayores costes".
El consenso del mercado indica que un precio del petróleo por debajo de los 35 dólares el barril, tanto para el Brent como para el West Texas sería muy peligroso para la economía mundial, y ya sería más caro extraer el crudo y almacenarlo que su precio de distribución.
En este sentido, los expertos insisten en que la energía es un componente importante del segmento de alto rendimiento estadounidense, por lo que los inversores deberán estar atentos a este dato.¡
Tom O’Reilly de Neuberger Berman, considera que "es crucial reconocer las diferencias entre los gestores y las estrategias que invierten en la clase de activos de alto rendimiento". Es decir, hay que ser selectivos y apostar por productos y gestores que sean capaces de llevar a cabo "un proceso de selección de crédito disciplinado que busque evitar defaults y una cartera bien diversificada, centrada en grandes emisores, líquidos dentro del mercado de high yield".
Desde Bankinter aconsejan a los inversores alejarse de los segmentos de bonos sobrevalorados con un muy alto riesgo de falta de liquidez. "El subsector de petróleo/energía presenta un riesgo adicional de impagos ante una cotización del crudo a niveles mínimos de los últimos 10 años que hace no rentables las inversiones en Exploración y Producción", advierten.
En el mismo sentido se manifiesta O’Reilly, que pese a su visión más positiva sobre el sector, asegura que las tasas de impago podrían elevarse al 3% en 2016, desde el 1,5% actual. Y apunta directamente al sector de las materias primas como principal causante de este repunte.