De "sólida" califican la expansión del PIB en el primer trimestre, que fue del 0,5%, pero consideran que hay razones para pensar en una desaceleración, por lo que aguardan un incremento quizá un poco mayor del 1% para todo 2016. Ahora bien, incluso alcanzado esta cifra o duplicándola, "la región sigue atrapada en un período […]
Dirigentes Digital
| 26 may 2016
De "sólida" califican la expansión del PIB en el primer trimestre, que fue del 0,5%, pero consideran que hay razones para pensar en una desaceleración, por lo que aguardan un incremento quizá un poco mayor del 1% para todo 2016. Ahora bien, incluso alcanzado esta cifra o duplicándola, "la región sigue atrapada en un período extraordinariamente de pronunciada y prolongada debilidad económica".
El problema, señalan, radica en que las autoridades han tardado demasiado en reconocer las implicaciones que esto tiene para la inflación, subestimando el grado y la persistencia de la presión a la baja sobre los precios, y "como resultado de ello su respuesta política ha sido menos oportuna y potente de lo que podría haber sido".
Así, la firma cree que "como mínimo" el Banco Central Europeo (BCE) debe ampliar de nuevo su programa de compra de activos (QE) para ponerlo al nivel de los de la Reserva Federal (Fed) o el Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés) y reducir aún más los tipos. Al mismo tiempo, creen que es poco probable un impacto transformador en el crecimiento vía política fiscal o reformas estructurales.
Adicionalmente, los países periféricos endeudados tienen enfrente la enorme tarea de recuperar la ‘salud’ de sus finanzas públicas y "las preocupaciones del mercado sobre un impago de deuda en la región (e incluso sobre el futuro de la propia unión monetaria) podrían resurgir". Un peligro, este último, que crece ante el referéndum de Reino Unido sobre su pertenencia a la Unión Europea (UE).
Pues, si bien "los efectos económicos de un Brexit en el resto de Europa podrían no ser demasiado importantes, si aumentarían las presiones migratorias en otros países y supondría otra barrera para una unión económica y fiscal más estrecha dentro de la UE". Por otra parte, el sentimiento anti-europeo se vería reforzado en más naciones.
La Zona Euro, concluyen, "necesita claramente más estímulos, pero la política monetaria está llegando a su límite y la fiscal es improbable que ‘entre en escena’. Mientras tanto, las causas fundamentales de la crisis de deuda aún no se han abordado y pronto podrían resurgir. La salida de Reino Unido de la UE aumentaría aún más el riesgo de una nueva crisis", sentencian.