Ayer asistimos a una toma de beneficios generalizada en los mercados financieros europeos, que afectó tanto a los de bonos como a la renta variable. Es difícil explicar qué razones empujaron a los inversores a "castigar" con dureza a muchos valores que, hasta ahora, habían sido "estrellas" de los mercados, pero también es verdad que […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Ayer asistimos a una toma de beneficios generalizada en los mercados financieros europeos, que afectó tanto a los de bonos como a la renta variable. Es difícil explicar qué razones empujaron a los inversores a "castigar" con dureza a muchos valores que, hasta ahora, habían sido "estrellas" de los mercados, pero también es verdad que el nivel de sobrecompra de muchos de ellos "invitaba" a reducir posiciones. En nuestra opinión, el detonante de las ventas a las que asistimos ayer fue el temor de los inversores a que los tres factores que en los últimos meses habían servido de catalizadores de las alzas en estos mercados dejaran de serlo o, incluso, pudieran empezar a jugar en contra.
Así, algunos inversores comienzan a temer que si, como parece que puede ocurrir, la inflación ha tocado suelo en la Zona Euro (los datos preliminares de inflación en Alemania así lo sugieren), el crédito comienza a fluir (ayer se supo que por primera vez en tres años el crédito creció en marzo en la región del euro), así como la liquidez en manos del público (la M3 subió el pasado mes un 4,6% en tasa interanual, superando las expectativas), y, sobre todo, el crecimiento económico repunta, el BCE pueda decantarse por anticipar el final de su programa de compra masiva de bonos en los mercados secundarios, inicialmente previsto para septiembre de 2016.
Además, otro factor que había impulsado al alza a muchos valores de la Zona Euro, especialmente a los exportadores, la debilidad de la divisa única, también ha sido puesto en entredicho, tras la fuerte caída que ha experimentado el dólar frente al euro en los últimos días, producto de la debilidad de la economía estadounidense (ayer se supo que en términos anualizados el PIB de EEUU creció sólo el 0,2% en el primer trimestre), que aleja la posibilidad de que la Reserva Federal (Fed) comience a subir sus tipos de interés.
Por último, está el tema de los precios del crudo, que había reducido drásticamente los costes energéticos de los particulares y de las empresas. Sin embargo, en las últimas semanas hemos asistidos a un fuerte repunte de esta variable que, justificado o no, encarece dichos costes significativamente.
Dicho todo esto, y de ser nuestra interpretación correcta, señalar que creemos que los mercados se han precipitado. Así, y a pesar de los síntomas de mejora en la Zona Euro, todavía queda mucho por hacer: el crecimiento económico sigue siendo muy bajo, el proceso de desapalancamiento financiero de empresas y particulares continuará todavía por un buen periodo de tiempo, limitando la demanda de crédito, y la inflación está todavía muy lejos del objetivo del 2% estipulado por el BCE. Además, está la crisis griega, que va a seguir siendo una amenaza para la estabilidad de la región durante meses. Es por ello que creemos que el programa de compra de activos del BCE seguirá operativo, al menos hasta la fecha indicada.
En lo referente a la actual fortaleza del euro, mejor dicho, debilidad del dólar, decir que esperamos que el crecimiento económico en EEUU repunte en los próximos meses ya que los factores que lo han lastrado han sido puntuales: duro invierno, huelga en los puertos del oeste del país, y reducción drástica de las inversiones en el sector del petróleo y del gas. A medida que la economía de EEUU repunte y con el programa de inyección masiva de liquidez del BCE en marcha, esperamos que el dólar vuelva a recuperar terreno frente al euro, lo que volverá a jugar a favor de las compañías europeas. Por último, señalar que el tema del precio del crudo es mucho más complejo de predecir, ya que en él juegan factores de tipo geopolítico que no controlamos. No obstante, y teniendo en cuenta el juego de la oferta y la demanda, lo normal sería que el precio del petróleo se mantuviera a niveles bajos durante bastante tiempo, lo que sería positivo para el crecimiento económico de la región, importadora neta de crudo.
Por tanto, consideramos que la corrección que están experimentando las bolsas, que no pensamos que vaya a ser muy profunda, puede ser una muy buena oportunidad de compra. De momento, nos mantendríamos a la espera hasta que los principales índices alcancen niveles de soportes claves que, de aguantar, pueden ser una buena señal para comenzar a incrementar posiciones nuevamente.
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