Aunque en el segundo trimestre el petróleo consiguió "revivir", las nuevas dudas en torno, una vez más, al exceso de oferta y la debilidad de la demanda (tras el estallido de la "tragedia helena" y el desplome de la Bolsa china), a las que se suma ahora la llega de Irán (tras la firma del […]
Dirigentes Digital
| 21 jul 2015
Aunque en el segundo trimestre el petróleo consiguió "revivir", las nuevas dudas en torno, una vez más, al exceso de oferta y la debilidad de la demanda (tras el estallido de la "tragedia helena" y el desplome de la Bolsa china), a las que se suma ahora la llega de Irán (tras la firma del acuerdo nuclear), han llevado al crudo a volver a caer con fuerza…
El "oro negro" no "levanta cabeza" y esto no sólo impacta en las empresas energéticas, sino también en los inversores de high yield. Pues en la segunda mitad de 2014, la caída del petróleo provocó una importante corrección en este mercado. "En los últimos años, los productores de crudo de esquisto (shale oil) han pedido prestado sumas considerables para financiar sus proyectos de perforación. Cuando el precio está en 100 dólares por barril, hay dinero para que puedan hacer frente a sus pagos… esto cambia cuando el valor se reduce de repente a la mitad", explica este estratega.
Con todo, subraya que el Robeco High Yield Fund ha superado la corrección "en gran medida intacto: "Nosotros llevamos a cabo un análisis de riesgo para evaluar en qué medida un desplome semejante en el petróleo afectaría a nuestra cartera", por ello, nos sentimos presionados a mantenernos alejados de la industria energética ya desde principios de 2014.
Ahora bien, a finales de dicho año, sus bonos habían caído tanto que "en muchos casos, los inversores ya estaban generosamente recompensados por su riesgo. En diciembre, esta fue razón suficiente para que tomásemos posiciones en una serie de empresas que se caracterizan por tener unos costes de producción relativamente bajos o un nivel de deuda reducido".
En lo que respecta a Grecia, afirma tajante: "No hay ninguna oportunidad para responder a esta crisis por ejemplo cambiando la exposición regional. En vez de esto, nos posicionamos tácticamente para aprovechar el desarrollo de los acontecimientos moviendo la beta de la cartera hacia arriba o hacia abajo ligeramente".
Por otra parte, para hacer frente a la posible subida de tipos de la Fed señala que una estrategia sería "invertir en bonos high yield de corta duración", aunque debemos saber los inconvenientes: el universo de inversión es bastante pequeño y su spread también está por debajo del de la media. "Una segunda opción sería el uso de derivados".
Finalmente, considera que dado el auge de las fusiones y adquisiciones, especialmente en sectores como el de las telecomunicaciones y las farmacéuticas, trae consigo "un riesgo cada vez mayor de que algo salga mal en empresas como estas". Aunque también hay oportunidades: "Cuando se anunció la fusión de Heinz y Kraft, el bono a 2039 de la primera se disparó un 25%. En ese momento, nosotros éramos uno de los mayores tenedores de esta deuda", ejemplifica Bus.
En cualquier caso, las recientes turbulencias aconsejan prudencia: "Los volúmenes de negociación de los bonos high yield son altos, pero la pregunta es si esto va a continuar si las tensiones en los mercados financieros se incrementan… Hemos aumentado la reserva de efectivo de la cartera hasta un rango comprendido entre el 5% y el 10% (desde el 0%-5% previo)". Otra medida de protección "para combatir la evaporación de la liquidez es que el fondo invierte al menos un 35% de sus activos en los 50 bonos más líquidos".