"Es algo absurdo si pensamos que ningún banquero anunciaría medidas dando soluciones por si no funcionan, pero lo cierto es que la impresión es que estamos en el cenit de la política monetaria, que el objetivo de esta ya no es solo los mercados financieros sino ayudar al crecimiento de la economía real y que […]
Dirigentes Digital
| 14 mar 2016
"Es algo absurdo si pensamos que ningún banquero anunciaría medidas dando soluciones por si no funcionan, pero lo cierto es que la impresión es que estamos en el cenit de la política monetaria, que el objetivo de esta ya no es solo los mercados financieros sino ayudar al crecimiento de la economía real y que el margen de maniobra se acaba". Son palabras de expertos de Deutsche Bank que ponen de manifiesto la difícil situación de un mundo que desde mediados de 2014 ha visto cómo cinco de sus países han aplicado tipos negativos: Suiza, Dinamarca, Suecia, Japón y la Zona Euro (que aplica una facilidad de depósito negativa).
"A medida que los bancos centrales comienzan a experimentar con los tipos de interés negativos, las tires de los mercados de renta fija empiezan a descender", indican los expertos de JP Morgan en un reciente informe. Según cálculos de la firma, en torno al 27% de los bonos gubernamentales mundiales ofrecen hoy rentabilidades inferiores al 0%, y el 65% de la clase en su conjunto proporciona un rendimiento inferior al 1%.
"Desde el colapso de Lehman Brothers, los bancos centrales de todo el mundo han recortado sus tipos más de 600 veces. (aproximadamente una vez cada tres jornadas bursátiles). Estas rebajas en los tipos de interés han ido acompañadas de medidas sin precedentes, inyectando los organismos monetarios del G3 12 billones de dólares en la economía global desde 2008", recuerdan.
Como señal de que los estímulos están llegando a su fin, los organismos se han lanzado a la estrategia de los tipos de interés negativos. El Banco de Japón ya lo hizo en enero. Un experimento que, aunque se encuentra en una fase temprana, ya hace dudar sobre cómo podrán las entidades bancarias sobrevivir en este entorno.
"Los tipos negativos actúan como un lastre sobre los fondos que las instituciones depositan en los bancos centrales, lo que erosiona los beneficios y reduce los ingresos", indican desde JP Morgan. Aún así, los expertos consideran que los temores son exagerados. "En primer lugar, la cantidad de activos bancarios lastrados por esta política es relativamente pequeña, y mientras que en Europa constituye apenas un 2,2% del total, en Japón solo alcanza al 0,9%".
Menos optimistas se muestra en un reciente informe Maxime Alimi, del equipo de Research y Estrategia de Inversión de AXA IM, apuntando a que las entidades financieras "no son favorables a pasar esta rebaja de interés a los depósitos de los minoristas, con lo que los tipos reales están cerca del 0%. Esto lo hacen para evitar salidas de depósitos de sus balances que tendrían que reemplazar con financiación mayorista, más cara". Como resultado, dicen, el coste de los tipos de interés negativos va a ser soportado por estas entidades.
Para José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, "la experiencia de los países que han implementado rentabilidades negativas en el exceso de reservas muestra que su transmisión a los tipos de la banca ha sido marginal. Incluso ha coincidido en algún caso con subidas en los tipos hipotecarios. Marginales, de cualquier forma. ¿Y en depósitos? Tampoco se ha transmitido, quizás ante el temor de las entidades a perder una parte sustancial de ellos".
Por su parte, los expertos de XTB consideran que la bajada de tipos hasta una rentabilidad negativa tiene un lado claramente positivo: que se incrementaría el flujo de capital y endeudamiento, favoreciendo el factor consumo que de manera directa mejoraría el gran problema de inflación.
Sin embargo, advierten: "el tiempo también nos ha hecho ver que en el medio plazo los tipos negativos pierden eficiencia e incluso son perjudiciales, ya que los niveles de endeudamiento se estancan, la liquidez dentro de los activos monetarios se reduce y es poco eficiente y atractivo para el inversor".