La gestión por compartimentos se ha convertido en una firme apuesta de la entidad, en un intento por ofrecer a los inversores una mayor diversificación dentro de un mismo vehículo, permitiendo apostar por diferentes políticas de inversión y comisiones. Tal y como explican los expertos, "los fondos por compartimento son estructuras paraguas que comprenden diversos […]
Dirigentes Digital
| 20 oct 2015
La gestión por compartimentos se ha convertido en una firme apuesta de la entidad, en un intento por ofrecer a los inversores una mayor diversificación dentro de un mismo vehículo, permitiendo apostar por diferentes políticas de inversión y comisiones. Tal y como explican los expertos, "los fondos por compartimento son estructuras paraguas que comprenden diversos compartimentos, todos ellos diferentes e independientes, compuestos por una serie de activos seleccionados de acuerdo a una política de inversión definida".
Cada uno de esos compartimentos está asesorado por una EAFI y gestionado por una misma gestora. Así, cada compartimento del producto lleva el sello de una EAFI que aplica sus metodologías y políticas diferenciadas. En este sentido, puede haber carteras asesoradas a través de fondos de inversión y otras con inversión directa, y con perfiles más o menos activos.
En este caso del Gestión Boutique II, cuenta con tres compartimentos. El primero de renta variable mixta internacional (Aspain 11 Equilibrado). El segundo es el Aspain 11 Patrimonio, de renta fija mixta internacional, y el tercero el AWA Flexible, de renta variable mixta internacional. Los tres cuentan con una inversión mínima inicial de 10 euros.
Según consta en el folleto de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), las comisiones aplicadas directamente en los dos primeros compartimentos ascienden al 1,25% en la de gestión sobre patrimonio, al 9% sobre resultados y al 0,08% por depositario. El tercer compartimento se diferencia solo por la comisión de gestión, que asciende al 1,1%.
Según indican los expertos, los fondos por compartimentos conllevan diversas ventajas para el inversor, entre las que destacan la independencia en el asesoramiento (garantizada por la EAFI), una buena fiscalidad o el ahorro de costes con respecto a los fondos de inversión tradicionales.
