El precario equilibrio en el que se mantiene su moneda pone de relieve la difícil posición en la que se encuentra el banco central del gigante asiático, el People’s Bank of China (PBoC por sus siglas en inglés), que debe limitar estas especulaciones en un entorno de renovada fortaleza del ‘billete verde’. Recordemos que más […]
Dirigentes Digital
| 30 may 2016
El precario equilibrio en el que se mantiene su moneda pone de relieve la difícil posición en la que se encuentra el banco central del gigante asiático, el People’s Bank of China (PBoC por sus siglas en inglés), que debe limitar estas especulaciones en un entorno de renovada fortaleza del ‘billete verde’.
Recordemos que más de un tercio de la depreciación que ha vivido el dólar se ha consumido desde que comenzara la primavera y los expertos de Capital Economics creen que el "resto será absorbido en el momento oportuno y la divisa estadounidense escalará posiciones hasta finales de 2017".
Mientras tanto, durante buena parte de 2016, el yuan se ha ‘dedicado’ a superar al alza al ‘billete verde’, con el apoyo de las ventas de reservas del PBoC. Ahora bien, matizan estos expertos, en términos ponderados por comercio ha continuado descendiendo.
"Una posible interpretación pasa por el compromiso de la autoridad monetaria con un yuan más débil. En nuestra opinión, la caída en términos ponderados por comercio es una respuesta oportunística a un periodo de caídas en el dólar, que terminará en cuanto éste se recupere", explican.
Así, mientras los titulares se centran en los descensos de la moneda china, "la mejor medida de su valor se ha invertido". De cara al futuro, sus previsiones pasan por una nueva intervención del PBoC para estabilizar al yuan frente al dólar con el objetivo de evitar la activación de los temores a una depreciación y nuevas salidas de capital. En concreto, estiman que cierre el año en 6,60 dólares.
Por su parte, Matthew Sutherland, director de producto en Asia-Pacífico de Fidelity, explica que ña divisa china todavía está sometida claramente a presiones bajistas. "Sin embargo, conviene aclarar que este movimiento a la baja no responde a un afán del Gobierno por depreciarla y así mejorar los intercambios comerciales y estimular las exportaciones. Por el contrario, está intentando que deje de perder valor o, al menos, controlar la velocidad de este descenso. Las exportaciones y el comercio son problemas del siglo pasado para China, cuyo reto hoy es estimular la demanda interna y el consumo. El problema del yuan es la salida de capitales".
En este sentido, desde JP Morgan señalan que las reservas han comenzado a estabilizarse a medida que los niveles de reserva han aumentado durante dos meses consecutivos, algo que no ocurría desde junio de 2014. "La mejora de los flujos de capital, junto con los signos de estabilización a través de los datos económicos como las ventas minoristas y la producción industrial, deberían ayudar a los inversores a superar los temores sobre un ‘aterrizaje forzoso’ de China en el corto plazo", indican los expertos