Es la frase más manida entre los expertos del sector: "el inversor español es muy conservador". Y es cierto. Sin embargo, y ante la escasa rentabilidad ofrecida en productos como los depósitos bancarios, sí se percibe un cambio hacia un mayor apetito por el riesgo. Según datos del Banco de España, justo antes del inicio […]
Dirigentes Digital
| 25 jul 2014
Es la frase más manida entre los expertos del sector: "el inversor español es muy conservador". Y es cierto. Sin embargo, y ante la escasa rentabilidad ofrecida en productos como los depósitos bancarios, sí se percibe un cambio hacia un mayor apetito por el riesgo.
Según datos del Banco de España, justo antes del inicio de la crisis la inversión directa en renta variable ascendía a 541.416 millones de euros. Una cifra que en los años posteriores fue descendiendo hasta los 287.071 millones que se registraron en 2012. Con la recuperación de los mercados financieros, ese dato volvió a coger impulso el pasado año recuperándose hasta los 403.009 millones de euros. Y este año ya alcanza los 436.052 a cierre de primer trimestre (últimos datos disponibles.
En total, el ahorro financiero (activos financieros) de las familias españolas a finales de marzo totalizaba los 1,91 billones de euros, lo que supone un incremento del 1,6% en el primer trimestre de 2014 (29.744 millones de euros).
Según explican desde Inverco, "la totalidad del incremento a nivel global del saldo de activos financieros de las familias correspondió a la revalorización de sus carteras, que compensó con holgura las ventas producidas en el primer trimestre de 2014 de casi 8.300 millones de euros". Pero es muy destacable respecto al saldo de los activos el aumento producido en la renta variable y fondos de inversión, con un incremento del 12% y el 7% respectivamente.
En el otro lado de la balanza se sitúa la desinversión neta en depósitos y efectivo, que rozó los 8.000 millones de euros. La renta fija también ha perdido adeptos, y en el primer trimestre los flujos también fueron negativos para este activo, con 2.473 millones de euros menos. Todo lo contrario ocurrió con la inversión directa en renta variable, con la entrada de 1.837 millones en el periodo.
En términos porcentuales sobre PIB, el ahorro financiero neto de las familias españolas alcanza el 104,9%, frente al 102,2% en el año 2006 y 68,5% en 2008, por lo que el efecto de la crisis en la riqueza financiera de las familias ha sido totalmente neutralizado. No ocurre lo mismo con la riqueza inmobiliaria de los hogares, que pasó de representar el 546% del PIB en 2006 a tan sólo el 415% del PIB en diciembre 2013 (último dato disponible).