Metidos ya de lleno en el segundo semestre del año y con la mayoría de firmas presentando sus perspectivas para los próximos meses, queda claro que el principal bache que teme el mercado para continuar con el ciclo alcista de las Bolsas son los riesgos geopolíticos. Sobre todo los llegados de Rusia. Álex Fusté, economista […]
Dirigentes Digital
| 28 jul 2014
Metidos ya de lleno en el segundo semestre del año y con la mayoría de firmas presentando sus perspectivas para los próximos meses, queda claro que el principal bache que teme el mercado para continuar con el ciclo alcista de las Bolsas son los riesgos geopolíticos. Sobre todo los llegados de Rusia. Álex Fusté, economista jefe de Andbank, explica en este artículo su visión sobre este escenario y, en base a él, actualiza sus recomendaciones.
Ya en enero, la entidad andorrana lanzó un análisis sobre la economía rusa, en el que reflejaba buenos datos que impedirían llegar al país al extremo de un default que pudiera afectar a los inversores. Como señalaban entonces los expertos, la renta per cápita rusa aumentó de 5.000 dólares en 2004 a 16.000 en 2013. "Observamos cómo la ejecución presupuestaria estaba en equilibrio por tercer año consecutivo. Vimos cómo el nivel de deuda pública se mantenía en un confortable 12.5% del PIB y la deuda pública externa en el 2,8% del PIB", explica Fusté.
Y aunque la deuda nacional (pública y privada) frente al exterior sí era más elevada (alcanzando el 22% del PIB, con pagos hasta 2042), "el hecho de que las reservas internacionales se encuentren entre las cinco mayores del mundo ?cerca de 500.000 millones de dólares o el 20% del PIB- hacía que el país se encontrara en una clara posición de confort", explican los expertos que, ante este escenario, en el mes de marzo recomendaba la compra del bono de Gobierno ruso a 10 años.
"Teniendo en cuenta los aspectos económicos comentados, pudimos concluir que la capacidad de pago de Rusia era muy elevada, y que con una TIR cercana al 8,5% en el bono de gobierno a 10 años, y un objetivo de inflación del gobierno ruso en el 4%, este activo ofrecía valor".
Así lo consideraban también del rublo, tras la depreciación del 20% entre junio de 2013 y enero de 2014, "y dada la capacidad del Banco Central de Rusia para defender su divisa mediante operaciones de mercado". Desde marzo, la divisa se ha apreciado un 7,6% frente al euro, mientras que el bono ha visto aumentar su TIR desde el 8,65% al 9% actual en 4 meses. "En total, la posición mantiene un saldo positivo cercano al 7.7% al pasarlo a euros", explican desde la firma.
RIESGO DE SANCIONES
A día de hoy, Fusté considera que, pese a todo lo ocurrido, Rusia depende de sí misma para mantener intacta su capacidad de pago. Sin embargo, reconocen que todo dependerá de aspectos políticos que a su vez pueden interferir en la calidad crediticia de este emisor.
Entre los principales riesgos para este mercado se encuentran las sanciones de EE UU a Rusia, que, si avanzan hacia una nueva ronda, podrían tocar de lleno al sector financiero, "limitando el acceso de los bancos y empresas rusas al mercado de financiación europeo (y norteamericano), lo sin duda se generaría una atmósfera de duda sobre la capacidad de refinanciación de estas empresas, provocando algún tipo de disfunción en el tejido industrial ruso y en la propia marcha de la economía".
Alex Fusté explica que la consecuencia directa de este escenario serían acciones por parte de Rusia para intimidar a Occidente y que retire las sanciones. Y estas acciones vendrían por el lado de la energía, recordando que Rusia es el primer país del mundo en reservas combinadas de gas y petróleo, y también el primer exportador de energía. "Según Adam Slater, economista senior en Oxford Economics, en dicho escenario de sanciones y embargos sectoriales, Rusia podría lanzar el precio del petróleo por encima de los 200 dólares. Por otro lado, también sería concebible ver un aumento en el precio del gas del 50% o más", recuerdan desde Andbank.
"Todas estas combinaciones de sanciones y respuestas, sin duda, daría al traste con la incipiente e incierta recuperación en Europa. Lo que sin duda, podría desembocar en una nueva crisis en los mercados de deuda (especialmente en el sur de Europa, mercados de renta variable, etc.)", advierte Fusté, quien recuerda que unas 6.000 empresas alemanas mantienen contratos con empresas rusas, y que unos 350.000 trabajadores alemanes dependerían directamente del comercio con Rusia (según el Committee on Eastern European Economic Relations).