Al menos así se desprende de los últimos datos oficiales del ICI (Investment Company Institute), que apunta a cómo en 2015 se registraron salidas de 116.000 millones de dólares de los fondos de inversión activos frente a las entradas netas de 241.000 millones de dólares registradas por los fondos cotizados (ETFs). La salida de los […]
Dirigentes Digital
| 18 ene 2016
Al menos así se desprende de los últimos datos oficiales del ICI (Investment Company Institute), que apunta a cómo en 2015 se registraron salidas de 116.000 millones de dólares de los fondos de inversión activos frente a las entradas netas de 241.000 millones de dólares registradas por los fondos cotizados (ETFs).
La salida de los llamados fondos mutuos es la peor sufrida por la industria estadounidense desde 2008. A juicio de los expertos, uno de los motivos de esta sangría está precisamente en la forma de ‘vender’ las estrategias activas como ‘generadoras’ de valor añadido. Unas promesas que no se han traducido en términos de rentabilidad a final de año.
La diferencia entre las estrategias value y growth también ha tenido mucho que ver en el comportamiento de los flujos este año. Los fondos growth avanzaron de media un 5,1% frente a la caída del 4,2% de los value, según datos recopilados pro Bloomberg. Y, a su vez, en esta diferencia han jugado un papel determinante los grandes valores seleccionados por las estrategias de crecimiento: Facebook, Amazon, Netflix o Alphabet.
Según las cifras, de los 25 fondos más rentables del año, el 80% tenía exposición a Amazon. De los peores 25, solo un 16% tenía exposición al gigante del comercio on line. Amazon, la quinta con mayor peso en el Russell Large Cap Index, se disparó un 118% el pasado año. Aunque la media de fondos growth registró mejores rendimientos que los value, la mayoría no puede cantar victoria si la comparación se hace con el índice de referencia.
La cuestión que se plantean los expertos es lógica: ¿cómo es el inversor más feliz? ¿Ganando dinero siguiendo al mercado o perdiendo menos que el índice? La respuesta resulta obvia en un momento en el que, además, el coste de los productos vuelve a ser mirado con lupa por inversores y reguladores.
De hecho, según el úlimo informe del año de BlackRock, la industria de ETFs a nivel global logró un nuevo récord de crecimiento con entradas netas de 347.000 millones de dólares. Los expertos atribuyen esta evolución al mayor apetito de los inversores institucionales por estos productos, con el sector de asesoramiento y asignación de activos recurriendo también cada vez más a estos productos más eficientes en términos de costes.
Una de las oportunidades que los inversores institucionales han aprovechado en estos vehículos es el de su uso en futuros y swaps. "Así como los costes de capital para los bancos han aumentado, también lo ha hecho el coste de utilizar futuros y swaps. Actualmente, los ETFs conforman el sustituto más eficiente a los futuros sobre índices mundiales de renta variable y renta fija, como los derivados de crédito", indican desde la firma.