África y Oriente Próximo: vecinas pero divergentes

¿Será 2016 el año del fin del superciclo económico africano de la última década? La región subsahariana, cada vez más dependiente de China, ha crecido una media de casi el 6% en los últimos diez años. Pero ahora ve cómo cae el precio de las materias primas; cómo el gigante asiático se ralentiza e importa menos; y cómo la Reserva Federal sube unos tipos de interés que, tan bajos como estaban, derivaban la inversión hacia el continente negro y permitían pagar la deuda en dólares a menor coste.

El terrorismo ha azotado a los países negros del África Subsahariana (SSA, en el acrónimo más usado de sus siglas en inglés), como Nigeria, Malí o Sudán. Pero el problema intrínseco sigue estando en el terreno económico: la corrupción; la dependencia de la inversión extranjera, sobre todo China; o la falta de un sistema bancario moderno…

"África necesita mejorar hacia una correcta gobernabilidad basada en la transparencia y la lucha contra la corrupción, y frenar la voracidad de las transnacionales en su búsqueda de recursos y el acaparamiento de riquezas (tierras, materias primas), que provoca inestabilidad y desigualdad", apunta para Dirigentes Rafael Sánchez, subdirector de África Fundación Sur. "Además, existe el reto de la expansión de un Islam que desestabiliza la región frente al Islam tradicional de convivencia", concluye.

¿Puede África vivir sin China?

No pudo ser. Las esperanzas de muchos surafricanos de elevar su perfil en el mundo del fútbol se desvanecieron cuando, el pasado 26 de febrero, Tokyo Sexwale abandonó la carrera para convertirse en el primer presidente negro de la federación internacional FIFA. "Soy un guerrero y muero con las botas puestas", dijo, en un discurso duro de abandono ante sus colegas.

Sexwale es uno de los políticos con un perfil más internacional de Sudáfrica. El principal reto de su presidente, Jacob Zuma, es el desempleo. Zuma, que lleva dos décadas al frente del gobierno de la ANC, el partido que fundó Nelson Mandela, no ha conseguido bajarlo del 24% actual.

Otra de las incógnitas, muy reveladoras de la penetración asiática en la región, es la de cómo progresará el país del diamante, Zimbabue. Ahora llamada por algunos despectivamente la "nueva colonia china", acaba de adoptar el remmimbi chino como moneda cooficial (junto al dólar y a la libra esterlina), lo que da una idea de la escala de la relación del gigante asiático con el país y la región.

Pero ahora China está en retirada. Crece poco y su economía se deteriora. Países como la citada Zimbabue, Sudán del Sur, Angola, Chad República Democrática de Congo, Zambia o Nigeria dependen enormemente del que es su principal socio comercial del continente.

El segundo factor a tener en cuenta es el del efecto dominó de la subida de tipos de interés en Estados Unidos y la consecuente revalorización del dólar. Esta es la moneda de la deuda externa de la mayoría de los países africanos. Esta apreciación puede hacer su deuda más cara o, incluso, impagable.

Puede leer el reportaje completo en el especial 30 Aniversario de la revista DIRIGENTES, ya en su quiosco.

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