Para Jean Médecin, Miembro del Comité de Inversión de Carmignac, la decisión de Shinzo Abe de posponer la subida prevista del IVA del 8% al 10% hasta octubre de 2019 es otro indicio más de que las políticas monetarias ultraexpansivas están cada vez más expuestas a los designios de unos rendimientos a la baja. "A […]
Dirigentes Digital
| 06 jun 2016
Para Jean Médecin, Miembro del Comité de Inversión de Carmignac, la decisión de Shinzo Abe de posponer la subida prevista del IVA del 8% al 10% hasta octubre de 2019 es otro indicio más de que las políticas monetarias ultraexpansivas están cada vez más expuestas a los designios de unos rendimientos a la baja.
"A pesar de las acciones sin precedentes implantadas por el BoJ, el IPC japonés ha vuelto a adentrarse en terreno negativo mientras que el IPC (excluídos alimentación y energía) está estancado en torno al +0,7% interanual. Entretanto, el yen ha seguido apreciándose a pesar de instaurar una política de tipos negativos en enero de este año", recuerda el experto.
En el mismo sentido se manifiesta Keith Wade, economista y estratega jefe de Schroders, al asegurar que la economía japonesa "ha tenido problemas desde el último aumento de los impuestos al consumo en 2014 y claramente no es lo suficientemente fuerte como para soportar otro golpe". Según indica el experto, "la medida también refleja el reconocimiento de que el margen para impulsar la economía a través de una mayor depreciación de la yen japonés es limitada".
Desde Carmignac no descartan nuevas medidas presupuestarias en un momento en el que el margen para seguir brindando apoyo monetario es limitado. "Puesto que las exportaciones japonesas han caído a un ritmo de dos dígitos desde principios de este año a causa de la ralentización en China (uno de sus principales mercados de destino), era clave evitar un colapso de la demanda interna", explican los expertos, recordando que la anterior subida del IVA en 2014 ya puso de manifiesto lo vulnerables que los consumidores japoneses han seguido siendo a un incremento de este impuesto.
A su juicio, el retraso en la subida del IVA puede suponer un alivio para el consumo. Pero los retos a los que se enfrenta la economía japonesa aún son elevados. "Con un enorme déficit presupuestario (aún en el 6,7% del PIB en 2015 a pesar de la subida del IVA de 2014 y unos tipos de financiación en mínimos históricos), Japón se encuentra en una tesitura en la que su situación presupuestaria domina el plano monetario, lo que limita aún más las acciones del BoJ", indican los expertos. A su juicio, el tiempo adicional que se ha ganado retrasando la subida del IVA "sólo jugará a su favor si se emplea en aplicar reformas estructurales antes de que la política monetaria se estrelle contra un muro."