A juicio del experto, el primer factor que hay que mirar para entender la revalorización del billete verde es la moderación del crecimiento de las reservas de divisas globales. "En el periodo de ventas masivas de activos de alto riesgo inducido por el llamado , se puso en duda la capacidad de algunos países emergentes […]
Dirigentes Digital
| 26 may 2015
A juicio del experto, el primer factor que hay que mirar para entender la revalorización del billete verde es la moderación del crecimiento de las reservas de divisas globales. "En el periodo de ventas masivas de activos de alto riesgo inducido por el llamado , se puso en duda la capacidad de algunos países emergentes para devolver sus deudas denominadas en dólares, ahora más caras", recuerda McAlevey, explicando que esta situación provocó una fuga de activos hacia el dólar estadounidense.
Sin embargo, el experto señala cómo un porcentaje considerable se quedó en emergentes con una clara diferenciación entre las economías frágiles y sus homólogas más fuertes. "El real brasileño se depreció en torno al 16%, mientras que las divisas asiáticas registraron una apreciación, entre ellas el won coreano, que avanzó un 5,3%", explica.
Desde la firma explican que posteriormente el mercado asiste a una moderación del crecimiento de las reservas de divisas que, de hecho, se contrajo en el segundo semestre de 2014 cuando algunos bancos centrales específicos de mercados emergentes se vieron obligados a vender reservas para defender sus divisas frente a las salidas masivas de capital. "Para que estos bancos centrales puedan vender reservas de divisas, están obligados a vender divisas distintas al dólar y comprar dólares antes de venderlos a cambio de sus propias monedas". Una tendencia que favorece todavía más al dólar.
Como segundo punto a tener en cuenta el gestor llama la atención sobre los movimientos de carry trade. "Los agresivos recortes de tipos aplicados, y la atonía del dólar estadounidense en los años posteriores a la crisis financiera, la han convertido en una importante divisa con fines de financiación para las operaciones de , recordando que este tipo de operaciones consisten en endeudarse a tipos de interés bajos en una divisa para financiar compras de activos mejor remunerados en otra parte, especialmente en China o Asia.
Sin embargo, desde Henderson apuntan a que la incesante apreciación del dólar ha provocado que los inversores se empiecen a plantear reducir su exposición (es decir, comprar dólares para amortizar su deuda), una iniciativa que haría apreciarse aún más al billete verde.
El tercer aspecto que sustenta su teoría para una mayor fortaleza del dólar es la caída del déficit por cuenta corriente, que suele actuar como catalizador positivo para una divisa. "Esto es especialmente cierto en el caso del dólar estadounidense, dada su condición de divisa de reserva y divisa principal en el comercio internacional". Hay que recordar que el déficit por cuenta corriente de EEUU ha ido menguando desde 2012, medido como porcentaje del comercio mundial, una tendencia que previsiblemente continuará.
Para McAlevey, "esto implica una reducción de la liquidez mundial, al disponer los extranjeros de menos dólares para llevar a cabo operaciones comerciales". Con este escenario, y si el déficit por cuenta corriente sigue estrechándose, "o si vemos una reactivación del comercio internacional, el dólar seguramente continuará apreciándose", sentencia.
Bajo este supuesto, el experto explica que, a medida que el dólar siga subiendo, las ganancias corporativas en EEUU podrían verse presionadas. Sin embargo, recuerda que un dólar fuerte también significa un petróleo más barato y un mayor consumo que añada fuerza a la recuperación económica, algo de lo que las empresas también se beneficiarán. "Obviamente, algunos sectores como la energía, sufren por la caída de los precios del crudo, pero otros, como minoristas, autos e industriales, se beneficiarán de un aumento de la demanda y una disminución en los costes", explica el gestor.
En mercados emergentes, un dólar fuerte debería beneficiar, a juicio de Henderson, a aquellas compañías que venden productos en dólares pero pagan costes, como salarios y rentas, en moneda local. Sin embargo, el experto recuerda que las diferencias de tipos de cambio entre competidores locales, como Japón y Asia, son más importantes para estas compañías. "Dado el crecimiento del crédito en los emergentes en los últimos años, con muchos préstamos en dólares, la verdadera magnitud de la deuda de mercados emergentes denominada en dólares es difícil de calibrar", explican desde la gestora. Así, aconsejan una mayor selección entre emisores.