Tras un tercer trimestre para olvidar, los inversores se agarran a las políticas acomodaticias de las autoridades monetarias como a un clavo ardiendo y el apetito por el riesgo se reestructura al alza, pero hay quien sigue creyendo que todo esto no es más que un espejismo creado por el dinero barato de los bancos […]
Dirigentes Digital
| 03 nov 2015
Tras un tercer trimestre para olvidar, los inversores se agarran a las políticas acomodaticias de las autoridades monetarias como a un clavo ardiendo y el apetito por el riesgo se reestructura al alza, pero hay quien sigue creyendo que todo esto no es más que un espejismo creado por el dinero barato de los bancos centrales que terminará estallando a los inversores en la cara.
"Si juntamos todos los movimientos y mensajes de los principales bancos centrales del mundo, tan solo tenemos más de lo mismo: cero soluciones", señalaba recientemente Steen Jakobsen, economista jefe de Saxo Bank. "Un crecimiento y una productividad permanentemente más bajos o el estancamiento mundial/el final de la ola/la nueva crisis, siguen siendo los únicos dos resultados, los cuales vienen con disminución significativa de los rendimientos tanto nominales como esperados", auguraba.
El pasado mes de septiembre, los expertos de Bank of America Merrill Lynch recordaban que en los 110 meses que habían pasado desde el 29 de junio de 2006, cuando se produjo la última subida de tipos de la Reserva Federal (Fed), los bancos centrales del planeta han recortado el precio del dinero 697 veces (en Estados Unidos se encuentran en el rango comprendido entre el 0% y el 0,25% desde diciembre de 2008), han comprado 15 trillones de dólares americanos en activos financieros, y las políticas de tipos de interés cero se han adoptado en Estados Unidos, Europa y Japón.
En este contexto, el conocido como "Dr. Doom" ("Dr. Perdición"), Marc Faber, explicaba en una entrevista a CNBC que la Fed, "junto a sus colegas en Japón y el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés) una colosal burbuja de activos. Y los retornos en el futuro serán decepcionantes".
Mientras, el profesor de la Universidad de Nueva York, que comparte "apodo" con él, Nouriel Roubini, reiteraba a principios de mes la idea de que "la nueva normalidad es una nueva mediocridad o nueva anormalidad". Al mismo tiempo, el asesor jefe económico de Allianz, Mohamed El-Erian, eleva al 30% (desde el 25% anterior) la probabilidad de que Estados Unidos caiga en recesión para 2017. "El camino en el que estamos se va a acabar. No podemos depender de los bancos centrales y estos no pueden ser el único juego en la ciudad cuando se trata de política", afirmaba tajante.
Pero no sólo los "bajistas" tradicionales se han mostrado preocupados por el devenir de la economía y los mercados financieros. Sin ir más lejos, el economista jefe de Citi, Willem Buiter, estima que hay un 55% de probabilidad de que se produzca una "recesión global en los próximos dos años" ante la desaceleración de China.
Al mismo tiempo, Larry Summers, exsecretario del Tesoro de Estados Unidos, apuntaba en una columna publicada por Financial Times que la economía mundial se encuentra en un serio peligro: "El problema del estancamiento secular (esto es, la incapacidad del mundo industrial de crecer a tasas satisfactorias incluso con políticas monetarias muy laxas) está empeorando a raíz de los problemas en los mercados emergentes más grandes, empezando por China".