UBS Financial Services ha protagonizado uno de los últimos movimientos en este sentido al anunciar la apertura de la UBS Optimus Foundation a sus clientes estadounidenses, todos aquellos que quieran donar parte de su patrimonio a esta Fundación dedicada a la mejora de la salud, la educación y la protección de la infancia en todo […]
Dirigentes Digital
| 11 mar 2015
UBS Financial Services ha protagonizado uno de los últimos movimientos en este sentido al anunciar la apertura de la UBS Optimus Foundation a sus clientes estadounidenses, todos aquellos que quieran donar parte de su patrimonio a esta Fundación dedicada a la mejora de la salud, la educación y la protección de la infancia en todo el mundo.
Hasta la fecha, la Fundación ha recibido más de 20.000 donaciones, por valor de más de 250 millones de dólares. Y ahora pretende seguir creciendo abriendo la puerta a sus clientes norteamericanos que quieran apoyar causas benéficas como fórmula de emplear parte de su patrimonio. Desde la entidad destacan que el 100% de estas donaciones llegan a los proyectos, encargándose la propia compañía de otro tipo de gastos administrativos.
Los expertos apuntan a que, además de la menor conciencia filantrópica en Europa que en EEUU, existe la duda sobre si los clientes necesitan la banca privada para canalizar este tipo de acciones. En un informe elaborado por AFI y Accenture, recordaban que ejemplos como los de clientes extranjeros que donan parte de su patrimonio a su universidad u otras organizaciones son excepcionales. "El resultado: oferta limitada y demanda casi inexistente para productos que se puedan encuadrar dentro de la propuesta de valor de la industria en el epígrafe de filantropía o mecenazgo".
De su estudio, se desvela que solo una entidad internacional reconoce un planteamiento diferente en este campo, para implicar al cliente a través una apuesta estratégica y de manera totalmente profesionalizada. Esta entidad articula este objetivo con un departamento central de asesoramiento dedicado íntegramente desde hace diez años a prestar este servicio de inversiones filantrópicas a las distintas filiales, incluida la española.
Obstáculos
En España, el principal problema que observan los expertos para un mayor papel de la banca privada en este segmento es el mismo hecho de la peligrosa relación entre el mundo financiero y el filantrópico más allá de zonas comunes, como la labor social de las cajas de ahorros.
Las entidades consultadas para elaborar el informe insisten en que "como Banca Privada, resulta más sencillo intentar acompañar al cliente en iniciativas vinculadas con el arte u otro tipo de proyectos de inversión alternativa que en cuestiones sociales". En esa misma línea, alguna entidad opina que el sector financiero debe centrarse en su verdadera RSC: la obtención de los beneficios esperados para sus inversores y el cumplimiento del mandato y los compromisos con sus clientes.
Sin embargo el ejemplo de otros países muestra que sí es posible. Europa en general, y España en particular, necesitan un cambio cultural para seguir la estela de Estados Unidos. "Se han realizado estudios que detectan actividad en este campo pero en el ámbito más privado y no relacional o empresarial, con dos perfiles distintos: el más profesionalizado y el que no cuenta con una estructura organizada y dona por afinidad". Según los expertos, el primero se despliega vía fundaciones, que incorporan el soporte de los incentivos fiscales, o family offices. En ambos casos, esa estructura propia permite aumentar el control del empleo del dinero que destina a fines benéficos, y constatar así que trabaja realmente para la sociedad.
Lo que sí se detecta es una oportunidad para el desarrollo de iniciativas que impulsen la filantropía con mentalidad empresarial. "Hay entidades que llevan años apostando por proyectos de este tipo con equipos de asesoramiento propios que constituyen una apuesta estratégica", explican los expertos en el informe.