Cuando se desató la ‘tormenta’ de Volkswagen, pocos podían imaginar hasta qué punto afectaría al resto de la industria. Después de conocerse la gran cantidad de marcas afectadas, ahora surgen dudas también entorno a la conveniencia de que Ferrari salga a bolsa, tal y como había previsto hace un año.
La compañía tiene pensado sacar a cotizar el 10% en Wall Street en la segunda quincena de octubre para abrirse hueco en los mercados. Ferrari, que ya ha presentado el folleto de su oferta pública de acciones ante el regulador bursátil de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), pretende alcanzar un valor de 10.000 millones de euros.
Pero, si su salida a bolsa ya causaba dudas, lo que ha pasado con Volkswagen ha puesto en ‘jaque’ su debut. Desde hace tiempo, los analistas se preguntan cuál puede ser el interés los inversores por una compañía que no ha cotizado nunca y que sólo saca a la venta el 10% de sus acciones.
De momento, el CEO de Ferrari, Sergio Marchionne, señala que la compañía debe ser valorada dentro de la industria del lujo con compañías como Prada o Hermes y no dentro de los fabricantes de automóviles, tal y como destaca Bloomberg.
Habrá que esperar si sus más de 7.000 coches vendidos en 2014 y una facturación de 2.762 millones de euros pesan más que el escándalo que ha sacudido al sector.
El resto de la industria, en el punto de mira
Las pérdidas en bolsa del sector han sido muy amplias en los últimos días y muchos aseguran que el futuro de los coches diesel podría estar en entredicho. Pero, más allá de lo que ocurra a partir de ahora, algunas compañías podrían verse beneficiadas.
Tras conocerse que la compañía alemana había manipulado el software, y tras pedir disculpas, dejó de comercializar sus vehículos diésel en Estados Unidos. Por ello, el resto de empresas del sector podría aprovechar para hacerse con parte del mercado.
hemeroteca