Al describir el entorno de mercado al que se ha enfrentado el Global Income Fund de Newton durante la primera mitad de 2015, Harries cuestiona las esperanzas de recuperación económica en Estados Unidos, mencionando una serie de distorsiones que a su juicio obedecen principalmente a el QE. Aunque el gestor detecta un potencial de inversión […]
Dirigentes Digital
| 03 sep 2015
Al describir el entorno de mercado al que se ha enfrentado el Global Income Fund de Newton durante la primera mitad de 2015, Harries cuestiona las esperanzas de recuperación económica en Estados Unidos, mencionando una serie de distorsiones que a su juicio obedecen principalmente a el QE. Aunque el gestor detecta un potencial de inversión considerable en áreas como los servicios públicos estadounidenses, sigue mostrándose preocupado por el panorama económico general del país, y no comparte la opinión de que el mercado esté a punto de protagonizar una recuperación.
"Consideramos poco probable que la economía americana esté reparada, que la QE haya funcionado necesariamente, o que la economía haya llegado a un punto en que pueda alcanzar la llamada velocidad de escape. La retirada de el QE se sugirió por primera vez en 2010, y transcurridos ya cinco años, las autoridades nos siguen prometiendo que esto está a punto de ocurrir. Entre tanto, parece que el capital sigue asignándose de forma ineficaz, tal como demuestran las decepcionantes cifras de productividad publicadas recientemente en Estados Unidos y en otros países", comenta el gestor.
En un trasfondo global en el que recientemente también ha dominado la preocupación en torno al fuerte aumento de la volatilidad en la bolsa china, Harries teme que las aparentes distorsiones creadas por el QE puedan desencadenar una nueva oleada de presiones deflacionarias a nivel mundial.
"Nos preocupa el hecho de que la política monetaria no convencional haya elevado el precio de los activos, que constituyen el medio por el que las economías envían una señal a los agentes económicos para que asignen capital", asegura Harries.
Por su parte, el experto también señala que una estructura de precios errónea se traduce en una señal errónea, que puede conducir a la acumulación de capacidad en un intento de responder a un nivel de consumo estimulado artificialmente.
"En última instancia, se corre el riesgo de terminar con un exceso de capacidad, una demanda insuficiente y un trasfondo más deflacionario", añade.
Harries también cree que el QE podría haber jugado un papel significativo en el reciente desplome de los precios del petróleo, conduciendo a una mala asignación del capital en el sector de la energía: "Los acontecimientos recientes en el sector petrolero constituyen un ejemplo interesante y aleccionador de lo que puede ocurrir cuando se asigna capital de forma ineficiente. Una combinación de innovación y de dinero barato llevó al desarrollo de una considerable capacidad en la industria del petróleo de esquisto en Estados Unidos, lo cual elevó la oferta en un mercado con una demanda inferior a lo que la gente esperaba, y provocó una corrección considerable del precio del crudo," explica.
Acercándose a su décimo aniversario, el Newton Global Income Fund ha reducido recientemente su exposición al sector petrolero del 5% al 3%. Harries, que pronostica una modesta subida de los tipos de interés estadounidenses más entrado el año, se inclina por la inversión en los sectores sanitario y tecnológico, incluidos los fabricantes de teléfonos móviles y las compañías de gestión de datos.
Sobre el panorama de mercado para el resto de 2015, el gestor considera probable que nos enfrentemos a un entorno de inversión relativamente complicado de cara a los próximos seis meses, y le siguen gustando empresas que en su opinión mostrarán una evolución relativamente buena pese al actual trasfondo de bajo crecimiento.