Con Grecia nunca se sabe. El acuerdo entre el país y sus socios está muy cerca. El Gobierno de Tsipras ha aceptado casi la totalidad de las condiciones expuestas por sus acreedores antes de que se convocaran el referéndum. Pero las negociaciones tienen que pasar por varios escollos, antes de que la economía griega que pueden hacer que descarrile. Está pendiente que se aborde una reestructuración de la deuda, que parece que ha quedado en un segundo plano por parte de Grecia.
La propuesta griega necesita la unanimidad del Eurogrupo para que se inicie las conversaciones. Si se logra el acuerdo entre los ministros de Finanzas de los 19 todavía no estaría desbloqueado el nuevo rescate. Será un paso de gigante y fuentes europeas aseguran que no será necesaria la cumbre de los jefes de Estados que estaba prevista para el domingo. Pero las propuestas griegas deben ser bendecidas por los respectivos parlamentos para dar mandato a sus Gobiernos para que se inicie las negociaciones de la tercera ayuda.
En total, la petición helena tendrá que pasar por 14 cámaras el próximo lunes o martes como muy tarde para que se pueda firmar el memorándum de entendimiento. En los casos de Bélgica o Irlanda será solo para informar a los diputados, en otros casos como el de Italia para una tramitación rápida con un decreto pero en el caso de Alemania, Eslovaquia, Estonia, Finlandia, Austria y Holanda tendrá que ser sometido a votación.
Da la casualidad que son los países que más duros están siendo con Grecia y que tiene una opinión pública que no ve con buenos ojos nuevas ayudas. Aunque sus respectivos Gobiernos tienen mayoría suficiente para sacar adelante la propuesta, incluso en Finlandia donde se requiere mayoría absoluta.
Pero los problemas para Grecia no terminan aquí. El nuevo rescate sirve para estabilizar al país a medio y a largo plazo, pero no resuelve los problemas inmediatos de liquidez provocados por el corralito. Los líderes europeos tendrán que dar una respuesta rápida para que Atenas pueda levantar el control de capitales con los bancos más o menos estabilizados y atender los pagos más urgentes como son los vencimientos al FMI, BCE, pensiones y salarios de funcionarios. Y esto pasa por aprobar una ayuda puente o forzar al BCE a una recapitalización rápida de los bancos para que puedan financiar al Estado.
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